Empiezo por decir que las tareas realizadas por Maestras y Maestros, siempre han sido difíciles, dado lo cambiante de nuestra sociedad más los cambios que se seguirán dando para que México continué transformándose, pues hemos visto y vivido que las y los Maestros han sido agentes de cambio, que el país viene contando con ellos para afianzar la identidad.
Están dedicados a incluir en la manera de actuar de los niños y jóvenes; que han desempeñado el papel determinante para llegar puntuales y cancelar para siempre los atrasos y los retrasos a la cita con la mejora en la competitividad, para que las generaciones que ingresan y egresan se midan de tu a tu y de igual a igual, con los otros del mundo.
Con todo son indudables los logros educativos entendiendo al maestro como el forjador del futuro. Y hago votos porque logren que sus alumnas y alumnos, todas, todos, sean protagonistas en sus generaciones y que enganchen a sus familias y a sus comunidades para que se suban al tren de bienestar llamado justicia social, integral y universal; el mentor es el que siembra las semillas que le permiten crecer a las niñas y a los niños y juventudes en libertad y democracia, para que sean demandantes de la mejora que históricamente les corresponde.
Es el conocimiento la herramienta que destierra los fundamentalismos que nos destejen y nos impiden la convivencia, México hoy día esta ávido de cosechar juventudes cultivadas pues es lo que demanda nuestra actualidad, por ello, hoy requerimos triunfadores en las diferentes ramas del conocimiento, para dejar de ser esclavos de las crisis globales en todos los rubros.
A los mentores les corresponde seguir siendo los sembradores de esperanza, seguir forjando idealistas, poetas, ideólogos, intelectuales, emprendedores, empresarios; los mentores enseñan para promover luchadores sociales, para que a corto plazo se extinga la pobreza. Son los inductores de las disciplinas que aportan satisfactores físicos y humanos, por lo que hoy invito a quienes lean ésta reflexión a que pugnemos por escuelas que cubran la necesidad del alumno y el requerimiento social.
En suma los maestros son depositarios del estilo de país, formadores de almas grandes, de la columna ideológica de la nación. Es el portavoz oficial de explicar veraz nuestro pasado y de sacarle el espíritu, para ayudar al presente a mejorar el futuro (pasado olvidado es igual a futuro incierto).
Es hora de actitudes de verdad y conciliación, de unir voluntades, para egresar ganadores, nuestra nación lo requiere, nuestras familias lo necesitan. La felicidad se va forjando con ejemplo y con la tarea cumplida. Teniéndonos a todos en paz y a salvo.
