Reflexiones

Por Christian Gutiérrez

Mexicanos incrédulos.

Para el diccionario de la Real Academia Española 2012, un Incrédulo es aquella persona “que no cree con facilidad y a la ligera”. Me parece que así se han hecho una buena parte de los mexicanos ante múltiples fenómenos políticos y sociales.

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Vista de la explosión de la torre de Pemex. Personal de la torre de PEMEX fue desalojado luego de registrarse un fuerte estallido.

Reflexiones

Christian Gutiérrez es politólogo, y colabora como columnista y analista político con distintos medios de comunicación. Es Licenciado en Derecho, Maestro en Ciencia Política y candidato a Doctor en…

Hay varios ejemplos de esto, pero uno que me parece claro por su inmediatez es el tema de la explosión en la torre B2 de PEMEX el pasado jueves 31 de enero. La PGR en conferencia de prensa, señaló que los peritajes hasta el momento arrojan que la causa de la explosión fue “acumulación de gas en los sótanos del edificio B2”. Además el Procurador, Jesús Murillo Karam, señaló que en la zona en donde se registró el siniestro “no quedó un cráter, que es característico cuando explota una bomba”. Me parece que hasta el momento la comunicación de la PGR ha sido “clara y precisa”, y eso debería disipar dudas y especulaciones que se han generado desde el mismo día de la tragedia por parte de opinadores, periodistas y gente común.

Con todo esto me pregunto ¿por qué serán tan incrédulos los mexicanos? Yo creo que México no gana nada con esto, y sí por el contrario refleja la escasa cultura política que se tiene como sociedad. Si hay algo que le duele a la democracia mexicana, es la ausencia de demócratas.

Por ello comparto con el Dr. Luis Carlos Ugalde, las tres características de la cultura política de los mexicanos, que de cierta manera pueden explicar por qué miles de mexicanos no creerán la versión oficial de PEMEX, pues tal pareciera que las historias negativas son las que gustan más a los mexicanos y a muchos medios de comunicación.

a) Déficit de legalidad.- En México, mientras las leyes no provengan de un proceso deliberativo, democrático, incluyente y que se aplique a todos por igual para que logren el bien de todos, con toda seguridad la gente no las acatará

b) Déficit de participación.- Mientras el involucramiento de la gente no sea solo formal (se va a las urnas, pero no se sale a las calles), entonces las clientelas que sí toman las calles, las bloquean y presionan a las autoridades lograrán su cometido. El ciudadano común también debe participar, pero no como las clientelas lo hacen, es decir, pidiendo de forma paternalista, sino exaltando las virtudes cívicas, que se entienden en la autogestió

c) Déficit de confianza.- Si la gente desconfía hasta de sus propios vecinos, no se generará una relación entre éstos capaz de exigir mejor servicios a las autoridades. Si la gente desconfía todo el tiempo de lo que dicen o hacen los políticos, nunca se generará entre éstos un vínculo de representatividad, por lo tanto, a ellos no les interesará el ciudadano común pues nada le ofrecen, y al ciudadano común le seguirá repugnando la política, pues no da respuestas.

Estos tres lastres imposibilitan que los mexicanos transiten más rápido de una democracia de clientelas a una de corte liberal, en donde lo que prevalezca sea la Ley.

Es importante no pensar mal todo el tiempo de los políticos o las instituciones, finalmente provienen del mismo lugar que nosotros: “la sociedad” mexicana.

Christián Gutiérrez / Politólogo.

Blog: http://christiangutierrezalonso.wordpress.com/