Reflexiones

Por Christian Gutiérrez

Somos lo que comemos

Las cifras son claras, pero aún así, no deben paralizarnos: “Actualmente, siete de cada 10 adultos y alrededor de tres de cada 10 escolares y adolescentes tienen un peso excesivo, que pone en riesgo su salud a lo largo de la vida”, y esto, en términos reales, proyecta cómo somos los mexicanos, cómo actuamos siendo padres, profesores, gobernantes, amigos, medios de comunicación, etc.

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Reflexiones

Christian Gutiérrez es politólogo, y colabora como columnista y analista político con distintos medios de comunicación. Es Licenciado en Derecho, Maestro en Ciencia Política y candidato a Doctor en…

De acuerdo a cifras de la Secretaría de Salud del gobierno federal, “70 por ciento de los adultos en México están excedidos de peso, así como cuatro millones y medio de niños entre los 5 y los 11 años”.

Más cifras: con un consumo de 600 mililitros al día, México, es el país con la mayor tasa de muertes anuales relacionadas con la ingesta de bebidas azucaradas en el mundo, de acuerdo con un nuevo estudio presentado por la Asociación Estadounidense del Corazón.

A pesar de esto, la buena noticia es que existe, desde el sexenio pasado, el “Acuerdo nacional para la Salud alimentaria”, que tiene como objetivos revertir el sobrepeso y obesidad en niños de dos a cinco años, en la población entre los cinco y los 19 años y en adultos, lo mismo que impulsar una mejor nutrición en los centros escolares del país, adoptar una vida sana y realizar actividad física cotidiana.

Sin embargo, la pregunta es si este acuerdo funciona y si la Ley General de Salud está siendo respetada en México. Esta Ley, en su Artículo 307 establece que: “Tratándose de publicidad de alimentos y bebidas […] la publicidad no deberá inducir a hábitos de alimentación nocivos, ni atribuir a los alimentos industrializados un valor superior o distinto al que tengan en realidad. La publicidad de alimentos y bebidas no alcohólicas deberá incluir en forma visual, auditiva o visual y auditiva, según sea para impresos, radio o cine y televisión, respectivamente, mensajes precautorios de la condición del producto o mensajes promotores de una alimentación equilibrada”.

Para Luis Prieto, investigador de la UNAM, existen 4 influencias de obesidad en los niños de México:

1. En la alimentación de los pequeños, los padres son el principal responsable, pues ellos son los encargados de llevar el alimento a la casa y controlar qué tipo de productos se consume

2. Los medios de comunicación son otro factor que influye en el consumismo del sector infantil: los comerciales, influyen en los gustos y tendencias alimentarias de los menore

3. Los maestros no asumen la responsabilidad de contribuir con buena información para mejorar la calidad alimentaria del menor

4. Los amigos influyen negativamente en las actividades diarias de los menores.

Este especialista también asegura que “pasar el día jugando videojuegos vuelve sedentario a un menor, por lo que al agruparse en equipos y realizar actividades deportivas, ayuda a reducir el sobrepeso o evitarlo”.

Hasta el momento todo parece negativo, pero por ejemplo, la química castrillonense y especialista en nutrición, Belén Álvarez, asegura que comer bien ayuda a vencer diversos tipos de cáncer. Señala que “a finales de los años ochenta, el primer tipo de tumor era el de estómago, sin embargo, hoy está entre la octava y novena posición y eso es debido al consumo de productos frescos. Está demostrado que comer bien reduce la incidencia de cáncer. Uno de cada tres tumores se produce por una mala alimentación”, a decir de esta especialista.

Me parece innegable que hay un problema cultural muy fuerte en México: “el entorno legal, escolar, social y gubernamental no ayudan demasiado para disminuir los índices de mala nutrición”. Los señalamientos de especialistas son diversos y han sido puntuales, el problema es que caminamos mucho más lento de lo que ellos sugieren, luego entonces no hay duda: “los mexicanos con frecuencia somos lo que comemos” y no es muy sano que digamos.