Cecilia Vicuña lleva el tradicional "quipu" precolombino a la Tate Modern

En vez de escribir, los pueblos andinos tejían y hacían nudos para registrar datos y recordar historias, un sistema de comunicación precolombino llamado "quipu" -"nudo" en lengua quechua-, en el que se ha inspirado la chilena Cecilia Vicuña para las dos nuevas obras monumentales que exhibe la londinense Tate Modern.

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La artista y poeta chilena Celcilia Vicuña posa con su obra "Brain Forest Quipu" durante una presentación a la prensa en la Tate Modern, en Londres, este lunes. EFE/EPA/NEIL HALL

De 27 metros de altura cada una, las dos instalaciones de "Brain Forest Quipu" presiden la descomunal Sala de Turbinas con un ensamblado de diferentes materiales orgánicos de lana, cáñamo, algodón y yute que cuelgan del techo, entremezclados con otros elementos recogidos por mujeres latinoamericanas en las orillas del río Támesis.

Cecilia Vicuña (Santiago de Chile, 1948) ha trabajado durante cinco semanas y dejándose prácticamente la voz en este espacio "frío e industrial" para transformarlo en un lugar "cálido", cuenta la artista en la rueda de prensa, poniendo en el centro un tema tan humano como el vínculo maternal y "el amor de los mayores a los recién nacidos".

Así, los dos quipus son una representación poética de una madre y un hijo que, según la comisaria Catherine Wood, se traduce en un contraste entre la composición de la madre, con los materiales más deshilachados y devastados, y la del recién nacido, más vigoroso y completo.

Pero Wood también recuerda que el título, "Brain Forest Quipu", es un juego de palabras en inglés (entre "cerebro" y "selva"), que se tiene que entender en clave medioambiental: "Es una llamada a la acción para que todos los humanos del planeta piensen e imaginen juntos cómo ahorramos agua, cómo salvamos los bosques, cómo nos unimos y nos replanteamos cómo vivir y preservar nuestro ecosistema".

En la obra de Vicuña predominan las tonalidades claras y blancas, "una paleta fantasmal" que evoca la deforestación, el cambio climático y la destrucción de las selvas tropicales.

"Tiene que ver con la muerte, su blancura, el tipo de aspecto blanqueado de color hueso. Está pensando en esos árboles muertos, campos muertos, los lagos que se han secado con el calentamiento global y los bosques quemados por el sol", cuenta a EFE la comisaria y directora de programación de la Tate Modern.

Cada instalación material va acompañada de su propio sonido, el "Sound Quipu", dos composiciones del colombiano Ricardo Gallo que suenan simultáneamente y se complementan, durante ocho horas, con una mezcla de música tradicional indígena, sonidos de la naturaleza y momentos de silencio contemplativo.

Vicuña también incluye en su obra una dimensión digital, con vídeos protagonizados por activistas indígenas y su lucha por el derecho a la tierra, así como una vertiente social, con un evento el 14 de octubre que reunirá en la galería a artistas, científicos y activistas medioambientales para atajar la "catástrofe climática".

"En menos de diez años esta Tierra ya no estará", advierte Vicuña, desde el auditorio del cine Starr de la Tate Modern. La instalación "Brain Forest Quipu" se puede visitar hasta el 16 de abril de 2023.