¿Cómo se consigue un Oscar?

Y el Oscar es para... Michael Jackson. En realidad, no sucedió así, pero lo cierto es que el fallecido rey del pop sí llegó a poseer una de las codiciadas estatuillas doradas, aunque no le resultó barato: en 1999 pagó 1.5 millones de dólares por el Oscar que en 1940 se llevó el drama "Gone With The Wind", lo que supone el precio más alto jamás pagado por un premio de la Academia.

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Si bien se trata de un caso extremo, tampoco resulta tan sorprendente. O al menos, eso afirma el experto en subastas Darren Julien, de la casa Julien's Autions en Beverly Hills. "Para los coleccionistas, el Oscar es el trofeo definitivo de Hollywood, el 'monet' de los galardones". Por eso, no falta demanda para adquirirlos, especialmente de postores asiáticos y rusos.

El camino "normal" hacia el Oscar es mucho más barato, aunque no por ello menos complicado. Y es que en la gala de este domingo se repartirán tan sólo 24 estatuillas. Según la Academia, desde la primera ceremonia, allá en 1929, apenas se han entregado unos 3,000 hombrecillos dorados.

Los Oscar miden 35 centímetros, pesan cuatro kilos y están recubiertos de oro. Representan a un caballero sobre un rollo de película y apoyado en una espada. Son los trofeos cinematográficos más codiciados del mundo, pero según los organizadores no deberían salir nunca a la venta: uno ha de merecérselos.

Las normas al respecto son estrictas: desde 1950 la Academia se asegura por contrato el derecho a adquirir las estatuillas por el simbólico precio de un dólar en caso de que los galardonados quisieran canjear el premio por dinero en efectivo. Y lo mismo vale para los herederos.

Por eso, las raras veces que un Oscar llega a subastarse se convierten en todo un acontecimiento. En una puja de 2012 se pagaron más de tres millones de dólares por 15 estatuillas, todas anteriores a 1950. Con mucha distancia, el Oscar más caro fue el que recibió Herman J. Mankiewicz por el guión de "Ciudadano Kane", adquirido por unos 440,000 euros (unos 450,000 dólares).

En 2001, Steven Spielberg adquirió en una subasta el Oscar que había ganado Bette Davis en 1939 por "Jezebel". Pagó 578,000 dólares por la estatuilla y se la regaló a la Academia, "rescatando" nuevamente un Oscar de las garras comerciales. Ya en 1996, el cineasta había adquirido y devuelto a la Academia el Oscar de Clark Gable por "It Happened One Night", por el que pagó más de 600,000 dólares.

Con todo, también hay un mercado negro para las valiosas estatuillas, afirma Darren Julien. Y es que los Oscar no cesan de desaparecer. Como cuando en 1989 la actriz Olympia Dukakis sufrió un robo en su casa: según medios estadounidenses, su Oscar por "Moonstruck" fue lo único que se sustrajo.

En marzo del año 2000, desaparecieron de una vez 55 estatuillas en el trayecto desde el fabricante, en Chicago, a Los Angeles. No obstante, la mayoría fueron halladas días después en un contenedor de basura, y sólo dos se perdieron.

Por otro lado, las tiendas de souvenirs de Hollywood Boulevard ofrecen de manera legal y sobre todo barata sus propios "Oscar", en categorías como "mejor marido" o "mejor novia". "Por supuesto, están hechos de plástico y pesan mucho menos que los originales", apunta el "embajador de Hollywood" Gregg Donovan. Pero se pueden comprar desde diez dólares.

"Me lo merezco", afirma Margarette o'Malley sobre su trofeo de "mejor tía". "Me siento como una triunfadora", bromea junto a Hollywood Boulevard sobre la estatuilla que le regaló su sobrina.

El domingo, los nominados que no logren la codiciada estatuilla al menos podrán conformarse con una réplica, obra del cocinero estrella Wolfgang Puck. El austríaco se encarga por 21 vez de preparar el menú de la "Governors Ball" y, como manda la tradición, habrá 5,000 Oscars de chocolate bañados en oro comestible. (DPA)