Simbolismo de culturas precolombinas se exhibe en el Museo Antropología

Integrada por nueve piezas que muestran el alto nivel estético, simbólico y artesanal que alcanzaron las culturas precolombinas asentadas en México, la exposición “Voces de barro” se presenta en el Museo Nacional de Antropología.

La muestra forma parte de las actividades complementarias a la cátedra binacional en honor al arqueólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma, organizada por la Universidad de Harvard y el David Rockefeller Center for Latin American Studies.

Bajo la curaduría del propio Matos Moctezuma, “Voces de barro” está conformada por piezas que representan diversos lenguajes de los antepasados que se abren camino en el tiempo para transmitirnos su mensaje en la modernidad.

En la ceremonia de inauguración, el arqueólogo afirmó que esta exposición da cuenta de cómo diversas culturas se expresaron a través del barro para plasmar sus creencias y cosmogonías mostrando dioses, mujeres, hombres, animales o plantas, dando con su creatividad un soplo de vida a lo inerte.

Refirió que el poder de transformar el barro húmedo en una materia dura y perdurable fue un proceso que los pobladores del México precolombino tuvieron que aprender durante varios siglos y para ello el fuego desempeñó un papel vital como elemento transformador.

“Esta exposición nos muestra nueve figuras excepcionales del mundo antiguo. Están divididas en dos grupos, las que se relacionaron con la vida y las que nos dicen algo de la muerte. Pero en medio se encuentra el Dios Viejo y del Fuego que representa el centro del universo”, manifestó.

Destaca la figura de un anciano encorvado que sostiene un brasero que representa el símbolo de Dios; la escultura Mujer, de Nayarit, hallada en Las Cebollas, Acaponeta, al igual que la cabeza del dios Tláloc, encontrado en el área de Tehuacán, Puebla, y la pieza Guerrero águila, de la cultura Mexica, de aproximadamente 1481 después de Cristo.

Mención aparte merece la escultura El Sol maya, del periodo clásico, de Palenque, Chiapas, que en opinión del curador es una pieza muy peculiar al haber sido plasmado el rostro solar con toda clase de atributos y adornos que culminan e la parte alta con un tocado de ave.

La exposición se complementa con la pieza el Hombre murciélago, deidad que según el mito muerde el clítoris de la diosa Xochiquetzal y con su sangrado comienza el ciclo femenino de la vida y la muerte, así como la pieza del dios Mictlantecuhtli o Señor del Inframundo, quien recibía a las almas que llegaban al nivel más profundo.

Fuente: Notimex