Francia sueña con poner fin a una sequía de 30 años en el Tour

Durante la ceremonia de premiación de cada etapa del Tour de France, Bernard Hinault está siempre en la primera fila. El cinco veces campeón encarna el pasado glorioso del ciclismo de Francia, un país que ve nuevos motivos para volver a soñar en amarillo.

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Desde que Hinault conquistara su último Tour de 1985, ningún corredor de la "Grande Nation" volvió a ganar la ronda ciclista más importante del mundo. Pero Romain Bardet y Thibaut Pinot son los dos rostros que podrían cambiar el futuro del ciclismo francés.

La larga espera podría finalizar a corto plazo. No este año, pues el italiano Vincenzo Nibali lidera la carrera con una gran ventaja sobre el español Alejandro Valverde y Pinot. Bardet, que marchaba tercero, cayó el martes a la quinta posición tras perder algo de tiempo en la subida a Port de Bales.

Aunque están lejos de la cabeza, los Bardet y Pinot son jóvenes y podrían tener más opciones en el futuro: el primero tiene 23 años y el segundo 24.

"Me alegra que se rebele la nueva generación. Demuestra que tiene carácter, como yo antes. No estaban contentos con mis críticas, pero demuestra que eso les motivó. ¿Cuánto tiempo llevo esperando a esta reacción?", dijo Hinault.

Ganador del Tour en 1978, 1979, 1981, 1982 y 1985, Hinault acusó durante años a los ciclistas franceses de no trabajar duro para el éxito y de no tener instinto asesino.

La última vez que un francés subió al podio de la "Grande Boucle" fue hace 17 años, cuando Richard Virenque terminó segundo tras el alemán Jan Ullrich. Hubo dos cuartos puestos desde entonces -Christophe Moreau (2000) y Thomas Voeckler (2011)-, pero siempre muy lejos de la victoria.

"Hay una generación completa de jóvenes corredores. Sprinters, escaladores y demás. Y todos irrumpieron ya", dijo Virenque, que destacó al potente sprinter Arnaud Demare.

Virenque, la última gran esperanza francesa, era el líder del equipo Festina cuando el conjunto fue el centro de una operación antidoping. Ello, unido al escándalo en torno al conjunto Cofidis, hizo que se endurecieran las políticas contra el doping en Francia.

La dura lucha antidoping fue considerada por algunos como una razón por la cual los ciclistas franceses no tenían ninguna posibilidad de batir a la competencia extranjera.

Antiguas estrellas de la bicicleta como Bernard Thevenet o Charly Mottet creen sin embargo que los resultados de ahora son el resultado de muchísimos años.

La fiebre por el ciclismo en Francia está subiendo de forma repentina. El diario "L'Equipe" analizó con patriotismo el prometedor nivel de los jóvenes corredores. "Les esperamos a ustedes en la cima", tituló el martes el periódico deportivo antes de la primera etapa pirenaica. Antes, se leyeron otros titulares como "Este año o ninguno" o "Este es su Tour".

La esperanza de los aficionados también se manifiesta con datos televisivos. La etapa alpina que terminó en Risoul fue vista por 6,6 millones de franceses, lo que supone una cuota de pantalla del 55 por ciento. "Esto es sólo el principio", profetizó el jefe del Tour, Christian Prudhomme.

Pinot y Bardet podrían hacer vibrar a los franceses en los próximos años con un duelo por la victoria, aunque emular la rivalidad que mantuvieron en los años 60 Raymond Poulidor y Jacques Anquetil parece muy complicado.

"Sólo podríamos llamarlo duelo si es por el triunfo", dijo Pinot, rival de Bardet sobre la bicicleta y amigo de él fuera de la carretera.

En el penúltimo día de competición se disputará una contrarreloj, la gran asignatura pendiente de los dos jóvenes. "Hablé con Thibaut. Él cree que perderá tres minutos con (Tejay) van Garderen. Para mí serán cinco", dijo Bardet.

Hinault parece que seguirá esperando en la primera línea del podio a su sucesor. El campeón, de 59 años, espera estar vivo para verlo. (DPA)