Stephens, 57 del ránking mundial, sacó provecho de una doble falta de la checa en el undécimo juego para llevarse un primer set en el que Búzkova tomó ventaja con una ruptura en el cuarto juego, el cual recuperó la norteamericana en el séptimo.
La segunda manga fue de dominio de la europea, 81 de la clasificación de la WTA, sólida con su servicio y su tenis desde el fondo de la cancha.
Sloane, que ya tenía un triunfo en México, en Acapulco 2016, fue más paciente en el tercero, sacó provecho de los errores no forzados de la rival y le quebró el saque en el sexto juego. Se levantó de un 40-0 en contra y tomo ventaja de 4-2, que confirmó.
Aprovechó la estadounidense en impulso anímico, presionó y en el octavo juego volvió a quebrar para sumar el séptimo título de su carrera, que la subirá este lunes al lugar 39 de la clasificación mundial.
Además de subir 18 escalones en el ránking, Sloane recibió un premio de 31,000 dólares y Bouzkova se quedó con 18,037.
"Me preparé muy bien el año pasado, no logré los resultados esperados, pero empiezo a cosechar los frutos del trabajo. Quiero regresar al ligar donde estuve, creo que es posible y estoy emocionada por esa posibilidad", dijo la campeona.
Stephens jugará a partir de este lunes el Abierto de Monterrey, que reunirá a varias de las mejores jugadoras del mundo entre ellas la ucraniana Elina Svitolina, decimoquinta del ránking, la canadiense Leylah Fernández, finalista del US Open, vigésimo primera de la lista mundial, la estadounidense Madiron Keys (28) y la española Sara Sorribes (36).