Caída accionaria en Estados Unidos sugiere temor a las políticas de Trump

La caída este lunes de los principales índices accionarios de Estados Unidos, la mayor desde el triunfo electoral del presidente Donald Trump en noviembre pasado, indica una incertidumbre generada por las políticas migratorias del actual gobierno.

El índice Dow Jones retrocedió 122.65 puntos (0.61 por ciento) para ubicarse en 19,971.13 unidades; en tanto que el Standard & Poor's reportó una baja de 13.79 puntos (0.60 por ciento) para colocarse en 2,280.90 unidades.

Estos retrocesos fueron los mayores reportados desde mediados de octubre, lo que sugiere que la incertidumbre generada por la orden ejecutiva de Trump para prohibir la entrada de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana podría afectar al ánimo de inversionistas.

Hasta el momento, pese a los varias medidas y declaraciones públicas emitidas por Trump durante su periodo de transición y en su primera semana en la Casa Blanca, los mercados parecían enfocarse en el impulso que las políticas del nuevo gobierno podrían dar a la economía.

Las expectativas residen en los planes de Trump para recortar los impuestos corporativos, así como numerosas regulaciones. Asimismo, el presidente y el Congreso trabajan en aprobar un plan de infraestructura de un billón de dólares para los próximos años.

La acción ejecutiva de Trump, sin embargo, recibió una condena tanto de la sociedad civil en Estados Unidos y el mundo, como de congresistas republicanos e incluso de empresas, entre las que destacan la automotriz Ford y el banco de inversión Goldman Sachs.

En un comunicado interno, el presidente del Consejo de Ford, Bill Ford, expresó que la automotriz “no respalda esta política o cualquier otra que vaya contra los valores de nuestra empresa”.

Por su parte, Lloyd Blankfein, director ejecutivo del banco de inversión Goldman Sachs, envió un memorando a sus empleados en que explicó que el veto causa “trastornos a la empresa, y especialmente a algunas de nuestros empleados y sus familias”.

“Ser diverso no es opcional; es lo que debemos ser”, añadió Blankfein, quien lidera una empresa que cuenta con 35,000 empleados, la mayoría de ellos basados en Estados Unidos.

Las críticas de Ford y de varios bancos estadunidenses hicieron eco de los comentarios negativos que el veto para ciertos refugiados musulmanes generará de parte de varias empresas del sector de la tecnología de la información aglutinadas en la zona conocida como Silicon Valley.