El BoJ analiza la inflación entre especulaciones sobre un giro de su política monetaria

El Banco de Japón (BoJ) inició este jueves su reunión mensual sobre política monetaria, en un momento marcado por la persistente y volátil inflación y entre rumores sobre un posible cambio a la vista en su estrategia de ultraflexibilización.

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El gobernador del BoJ, Kazuo Ueda, en una fotografía de archivo. EFE/Kimimasa Mayama

Pese a que la mayoría de los analistas creen que el banco central japonés mantendrá su relajación monetaria y no alterará los tipos de referencia a corto plazo, han resurgido las especulaciones sobre una potencial revisión para ampliar el actual margen del control de la curva de rendimientos a largo plazo, en un signo de futuros cambios.

El gobernador del BoJ, Kazuo Ueda, viene insistiendo en que la inflación actual es producto de factores externos, como la guerra en Ucrania y el derivado encarecimiento de la energía y las materias primas, e insiste en que la subida de precios se frenará, pero ya han surgido voces que piden cambios en la junta monetaria.

En este contexto, los mercados están especialmente pendientes de la reunión de este mes por coincidir con la publicación de las nuevas previsiones económicas trimestrales de la entidad, en las que se espera una revisión al alza del pronóstico sobre la inflación, que ha superado en los últimos meses el 3 % frente a la deflación persistente en el país en las últimas décadas.

En el último año la inflación ha superado ampliamente el objetivo del 2 % del BoJ, principalmente por los factores antes señalados, y la entidad busca estabilidad a través de un crecimiento salarial sostenido que todavía no se ha logrado, lo que estaría frenando su planteamiento de una revisión de su estrategia.

El inmovilismo del BoJ frente a las subidas de tipos acometidas por los bancos centrales más influyentes, entre ellos el de Estados Unidos y el europeo, ha generado una pronunciada depreciación del yen que, si bien beneficia a sus exportaciones, ha lastrado sus cuentas debido a su alta dependencia de las importaciones de energía, materias primas y ciertos alimentos de primera necesidad.

Según las previsiones económicas más recientes del BoJ, publicadas en abril, estima que el índice de precios de consumo (IPC) subirá un 1.8 % en su ejercicio fiscal de 2023 (que abarca desde el pasado abril a finales de marzo de 2024) y un 2 % en el de 2024, mientras que prevé un alza más moderada del 1.6 % en la fiscalidad de 2025.

Una de las opciones más viables para iniciar un cambio de rumbo en su estrategia monetaria, y que ya se habría puesto sobre la mesa durante las deliberaciones de la junta en reuniones previas, está la revisión de la horquilla de fluctuación de la curva de rendimientos de los bonos estatales a 10 años desde el actual +-0.5 % a un 1 %.

El banco central japonés estableció el margen actual en su reunión de diciembre del año pasado en un movimiento sorpresivo que la entidad dijo que acometió para abordar los efectos secundarios indeseados de su programa, que ha mantenido el coste de los préstamos extremadamente bajos.