Pese a la caída de beneficios, a consecuencia fundamentalmente de ajustes fiscales, la compañía de Armonk (Nueva York) vio aumentar las ventas entre enero y septiembre, que crecieron de 53,253 a 54,093 millones, un 1.7 % más interanual.
Aunque el incremento de la facturación es tímido, supone un regreso positivo a la senda de crecimiento, especialmente tras cerrar un 2020 en que la tendencia era a la baja y vio disminuir sus ingresos.
Los accionistas del histórico fabricante de computadores y otros equipamientos electrónicos, ahora transformado fundamentalmente en una empresa de servicios digitales, obtuvieron unas ganancias por título inferiores a las de hace un año y pasaron de los 4.72 dólares a los 3.77 actuales.
Los servicios tecnológicos globales siguen siendo la mayor fuente de ingresos de IBM (18,866 millones), aunque seguidos cada vez más de cerca por el software cognitivo y la nube (17,227) y, ya a mayor distancia, los servicios globales a empresas (13,002).
El segmento de software cognitivo y nube, considerado estratégico para el futuro de la compañía, fue uno de los que mayor crecimiento interanual experimentó, un 4.1 %.
"Seguimos logrando progresos en nuestros negocios de software y consultoría, que representan nuestra mayores oportunidades de crecimiento", apuntó el consejero delegado de la firma, Arvind Krishnam, al dar a conocer los resultados.
Los resultados de IBM no convencieron a los inversores en Wall Street y sus acciones se dejaban un 4.65 % hasta los 135.34 dólares por título en las operaciones electrónicas posteriores al cierre de los parqués neoyorquinos.