Esto supone la mayor cifra de gasto desde septiembre, cuando el Ejecutivo desembolsó 2.84 billones de yenes (19,000 millones de euros), una cantidad que se cree se gastó principalmente en la intervención monetaria del pasado 22 de septiembre, la primera que involucró la compra de yenes desde 1998.
La cifra de octubre concuerda con las estimaciones hechas por analistas con respecto a la intervención de mediados de ese mes, que llevó a la moneda nipona a caer repentinamente hasta la franja baja de los 146 yenes frente al dólar, avivando los rumores de una intervención que no fue confirmada oficialmente por el Gobierno.
El Ministro de Finanzas japonés, Shunichi Suzuki, confirmó esa cifra este martes en una rueda de prensa y dijo que "a veces las intervenciones no se anuncian inmediatamente después para maximizar el efecto de suavizar las fluctuaciones repentinas".
"No se pueden tolerar fluctuaciones excesivas debido a la especulación. Supervisaremos de cerca las tendencias en el mercado de divisas y tomaremos las medidas adecuadas", continuó Suzuki.
Las bruscas fluctuaciones registradas en octubre y los comentarios del titular nipón de Finanzas sugieren que se produjeron varias intervenciones, aunque no se han ofrecido detalles al respecto.
El Gobierno nipón intervino el 22 de septiembre cuando la divisa japonesa superó la barrera de las 145 unidades por dólar. Aquella fue su primera intervención desde 2011 dirigida a sostener el valor del y la primera que involucró compra de su divisa desde 1998.
Entre los factores de esta acelerada depreciación del yen está el distanciamiento cada vez mayor de las políticas monetarias de EE.UU. y los principales bancos centrales europeos -que están optando por agresivas subidas de tipos- y la del Banco de Japón (BoJ), que está optando por mantener su estrategia de tasas ultrabajas.