El director general del Servicio de Estudios de la empresa multinacional, Manuel Aguilera, presentó hoy este segundo informe anual que destaca que 2018 puede ser un punto de inflexión para la economía global y 2019 podría marcar el inicio de una desaceleración del crecimiento y la inflación.
Indicó que en 2018 se prevé una aceleración en la aportación al crecimiento mundial de los mercados desarrollados (ya por encima del dos por ciento) y de los mercados emergentes (4.9 por ciento), estos últimos encabezados por la resistencia en el crecimiento en China, y la salida de recesión de Brasil y Rusia.
Aguilera señaló que "2018 será un año dominado por el cambio en el momento cíclico de varias economías desarrolladas, la potencial reversión del excesivo optimismo que suele acontecer antes de los cambios de ciclo económico, y el inicio de un proceso gradual de ajuste de la liquidez global".
Advirtió que el mundo vive aún un fuerte momento de expectativas que, pese al dinamismo de la actividad económica, todavía dista del desempeño de los indicadores reales, riesgo que podría transformar la visión continuaste del 2018 en un escenario de riesgo.
En este caso, prosiguió, el catalizador sería un shock de liquidez global que podría verse aumentado y transmitido por una mala gestión monetaria y un comportamiento pro-cíclico de ls carteras de inversión globales.
De hecho, el informe hace énfasis en el riesgo de caída de las expectativas de inflación de largo plazo, que cobrará singular vigencia en 2018.
Anotó que la inflación permanecerá contenida aunque orientada hacia los objetivos de los bancos centrales y con los tipos de interés de largo plazo creciendo, con tímidas mejoras en sus primas por plazo.
Además, el Servicio de Estudios pronostica que el tipo de interés oficial de Estados Unidos se sitúe en un entorno de dos por ciento a finales de 2018, mientras que el tipo del Banco Central Europeo se mantendrá en cero por ciento.
Sobre las previsiones para España, este país mantiene su crecimiento a la cabeza de Europa, pero difícilmente repetirá el éxito registrado en 2017.
El informe identifica determinados riesgos globales que pueden introducir un sesgo a la baja en las previsiones macroeconómicas para 2018.
Algunos de estos riesgos tienen que ver con la geopolítica, destacando las crecientes tensiones entre Corea del Norte y Estados Unidos.
Asimismo, a este riesgo siguen potenciales errores de implementación en la política económica en Estados Unidos y China.
A nivel doméstico, el ciclo político emergente puede empoderar a corrientes populistas más reacias a implementar reformas estructurales de calado y que, en consecuencia, dificulten el proceso de crecimiento económico.
Este es el segundo informe anual de perspectivas preparado por la Unidad de Análisis Económico de MAPFRE que tiene como propósito ofrecer una visión global de las perspectivas y previsiones respecto del comportamiento económico tanto a nivel global como de las principales economías durante 2018.
Esto para a partir de ese marco general, analizar el entorno que podría enfrentar la industria aseguradora.