Murray, de 60 años, fue condenado en 2011. Un jurado lo halló culpable de la muerte del cantante Jackson, ocurrida el 25 de junio de 2009, al inyectarle propofol para que pudiera dormir, sin tomar precauciones de seguridad razonables.
Si bien la pena fue de cuatro años, es usual en California que la sentencia sea reducida significativamente por buena conducta.
Medios de prensa indican que Murray tiene previsto volver a ejercer la medicina, pero primero quiere evitar la publicidad tras su liberación.