Biodiversidad de Colima, en riesgo de perderse por alteración ambiental antropogénica

Colima, el tercer estado más pequeño de México y donde habita cerca del 50 por ciento de las especies de murciélagos del país, es considerado un punto caliente (hotspot) de biodiversidad en la región mesoamericana.

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La agricultura, ganadería, el urbanismo y la ignorancia propician la muerte de los murciélagos, único mamífero volador que vive en la Tierra desde hace más de 60 millones de años.

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María de Lourdes Romero Almaraz y Cornelio Sánchez Hernández, biólogos de la UNAM.

Se ubica dentro de un área biogeográfica con gran concentración de especies (las endémicas representan 25 por ciento de las que hay en México), pero su diversidad (128 especies de mamíferos) está en riesgo de perderse por la alteración del ambiente que causa el hombre.

La agricultura, ganadería, el urbanismo y la ignorancia propician la muerte del único mamífero volador que vive en la Tierra desde hace más de 60 millones de años, advirtieron Cornelio Sánchez Hernández y María de Lourdes Romero Almaraz, biólogos de la UNAM.

Más que por causas naturales, la mortalidad de los quirópteros se debe a la alteración del ambiente, lo que provoca afectaciones en sus refugios y un mayor gasto energético en la búsqueda de alimento, además de que el poco conocimiento sobre su importancia y diversidad los hace objeto de ataques indiscriminados. Con la idea de que todos los murciélagos son vampiros, la gente entra a sus refugios y los mata: en casos extremos les ponen dinamita o los golpean con palos.

En el país, agregó Romero Almaraz, de la Facultad de Ciencias (FC), habitan 140 especies de murciélagos y sólo tres son hematófagos o vampiros, pero de éstas, dos se alimentan de sangre de aves y de mamíferos silvestres, y sólo una, el vampiro común, "se considera malo para el hombre": Desmodus rotundus, que se favorece por la alteración del hábitat y la ganadería, lo que ha provocado un incremento de sus poblaciones.

Conocer su diversidad, hábitat, alimentación y ciclo reproductivo, permitirá tomar mejores decisiones para su conservación, coincidieron los universitarios, quienes preparan un libro sobre los murciélagos en Colima, en colaboración con especialistas de Estados Unidos, que forma parte de un proyecto más amplio sobre los mamíferos de ese estado.

Para la conservación de especies, señaló Sánchez Hernández, del Instituto de Biología (IB), es clave conocer la reproducción. Para perpetuarse hay que tener descendencia. ¿Cómo sabemos si los murciélagos van a dejar crías? Con el estudio de su reproducción, aseguró.

Precisamente, el libro que preparan y que publicará la Universidad de Oklahoma, contendrá monografías de las 66 especies que se conocen de Colima. Trece fueron registros nuevos, resultado de una "colecta intensiva" de tres mil 395 especímenes que se hizo de 1996 al 2003, en 227 localidades.

Algunas de ésas 13 son Cynomops mexicanus (murciélago mastín), Nyctinomops femorosaccus (murciélago con cola libre), Eptesicus furinalis (murciélago café), Lasiurus cinereus (murciélago nevado) y Myotis albescens (murciélago con la punta del pelo plateada).

El libro tendrá monografías de las 66 especies de Colima, que se agrupan en siete familias (Emballonuridae, Phyllostomidae, Mormoopidae, Noctilionidae, Natalidae, Molossidae y Vespertilionidae). Entre los aspectos más interesantes está la distribución, hábitat, alimentación y reproducción, apuntó Sánchez Hernández.

La revisión de los murciélagos ha permitido saber si las hembras estaban preñadas, el tamaño de los embriones, los periodos de lactancia y, con esto, el patrón reproductor. Saber si la especie es sincrónica o asincrónica, si tiene un patrón poliestro o monoestro "es importante”, acotó Romero Almaraz.

Un modelo de reproducción monoestro es cuando las hembras se reproducen sólo una vez al año, y monoestro sincrónico, si las crías nacen en un tiempo muy corto y generalmente se asocia al periodo de lluvias. En tanto, el poliestro asincrónico ocurre al encontrar hembras preñadas, lactando o con crías, en cualquier lapso. Este último es el que presentan los vampiros y es igual al del ser humano, de ahí que sus poblaciones se puedan incrementar con facilidad.

Como parte del proyecto Murciélagos de Colima, se examinaron además cinco mil 173 especímenes resguardados en colecciones de diversas instituciones de México y Estados Unidos, que junto con las colectas de campo, suman nueve mil 176.

“Es una gran cantidad y posiblemente sea el libro con un enfoque regional con la mayor información de especímenes examinados, de ahí el valor de nuestro trabajo”, comentó.

En cuanto a los acervos que albergan murciélagos de Colima, refirió la Colección Nacional de Mamíferos, que resguarda 52 de las 66 especies. La Colección de Mamíferos de Los Ángeles (los primeros en estudiarlos en las décadas 1950-1960), que tienen 50 especies. El Museo de Historia Natural de Oklahoma, con 48. El Instituto Politécnico Nacional, 21. La Universidad Autónoma del Estado Morelos, con 16, y la Universidad Autónoma Metropolitana, con ocho.

El inventario de especies por familia indica que la de mayor riqueza es Phyllostomidae, con 25 (incluye a los murciélagos frugívoros y nectarívoros); Vespertilionidae, con 19 (insectívoros), y Molossidae, con 12 (esta familia incluye a los que vuelan más rápido, que tienen alas estrechas y largas y huesos planos, lo que les da una forma aerodinámica). Las familias que tienen un menor número de especies son Mormoopidae, con cuatro; Emballonuridae, tres; Natalidae, dos, y Noctilionidae, una.

Por el tipo de dieta, 42 especies son insectívoras, nueve polinívoras (son polinizadores como el colibrí), ocho frugívoras, una piscívora (se alimentan de peces) y una hematófaga (Desmodus rotundus). Asimismo, 36 tienen un patrón monoestro sincrónico, una monoestro asincrónico, 19 poliestro bimodal (dos veces al año) y 10 poliestro continuo.

En Colima, de acuerdo con los avances del trabajo de Sánchez, Romero y colaboradores, de las 66 especies registradas, siete son endémicas (Glossophaga morenoi, Musonycteris harrisoni, Natalus lanatus, Corynorhinus mexicanus, Myotis carteri, Myotis fortidens y Rhogeessa parvula), lo que representa una proporción alta, si se considera que en el país existen 15.

Hay tres especies amenazadas (Choeronycteris mexicana, Leptonycteris nivalis y L. yerbabuenae), cuatro sujetas a protección especial (Enchisthenes hartii, Cynomops mexicanus, Myotis albescens y M. carteri) y una en peligro de extinción (Musonycteris harrisoni).

El libro Bats of Colima (Murciélagos de Colima) será publicado en inglés y las monografías de cada especie incluirán nombre científico y común (por ejemplo, para Balantiopteryx plicata, gray sac-winged bat/ murciélago con saco alar), así como el nombre del investigador que la describió y el año en que lo hizo (Peters, 1867), y la localidad tipo que es el lugar donde se describió por primera vez (Puntaneras, Costa Rica).

El significado del nombre de la especie. Balantiopteryx: de balantion, palabra griega que significa "una bolsa" y pteryx, "ala"; además latín plicatus, que significa "trenza o pliegue". Se refiere a la presencia de una bolsa o saco en cada ala.

La descripción, donde se señalan características sobresalientes para que cualquier persona no familiarizada con este grupo lo reconozca, así como su distribución, estado de conservación, hábitat, dieta (insectívoros) y actividad (por ejemplo, salen a alimentarse entre 30 y 50 minutos después de que se mete el sol).

Los datos de reproducción registrados en el campo y recuperados de los especímenes de colección, lo que permite integrar su patrón reproductivo, en este caso, monoestro estacional, con cópulas en enero y febrero y una gestación de cuatro a cinco meses. Además de otras observaciones importantes, como el cuidado de la cría, si las madres salen a volar junto con ella, o conductas específicas de cada especie.

El libro "es parte de un proyecto más grande que incluye a todos los mamíferos de Colima", en el que además de Cornelio Sánchez y María de Lourdes Romero, participan Gary D. Schnell, Michael L. Kennedy, Troy L. Best, Robert D. Owen y Sara B. González-Pérez, así como una gran cantidad de estudiantes mexicanos y extranjeros asociados a los investigadores.

Para Sánchez y Romero, Colima es un estado único. Sus características ambientales y ecológicas lo hacen un lugar maravilloso para el estudio de los murciélagos. Contar con inventarios completos, aunados a información de historia natural, distribución, hábitat y datos ecológicos, será crucial en la toma de decisiones para la conservación de las especies de cualquier región de México.

La conservación de todos los murciélagos, concluyeron, será posible en la medida que los conozcamos, los entendamos, compartamos su conocimiento y aprendamos a respetarlos.