"Tenemos una especie de conflicto irresoluble. El Senado insiste en (un paquete legislativo) integral. La Cámara de Representantes dice que no irá a conferencia con la iniciativa del Senado y quiere actuar paso a paso", dijo McConnell a periodistas este martes.
"No veo cómo se puede lograr un resultado con las dos cámaras en lugares tan diferentes", agregó, según medios estadounidenses.
Sus declaraciones, aunque quizás no sorpresivas -él votó en contra de la propuesta migratoria que el Senado aprobó en junio del año pasado- suponen un revés para los legisladores y activistas que en los últimos días habían aumentado las expectativas de lograr este año la reforma que tantos años se ha resistido, después de que los republicanos que dominan la Cámara baja dieran un significativo paso adelante.
Y es que tras meses impidiendo que cualquier iniciativa migratoria llegara al pleno de la Cámara de Representantes donde son mayoría, los congresistas republicanos publicaron la semana pasada una lista de "estándares para una reforma migratoria" que, aunque aún muy vagos, abren el debate interno para por fin avanzar en la materia.
El documento, de apenas una página, subraya que la prioridad debe ser la seguridad fronteriza -y garantías de una mejora de la misma- antes de que se dé cualquier paso para resolver la situación de los más de 11 millones de indocumentados que viven en el país, para los cuales no se prevé una vía a la ciudadanía como demandan los demócratas pero sí alguna forma de legalización que les permita "salir de las sombras" sin miedo a ser deportados.
Los congresistas sin embargo tienen aún que pasar de las palabras a los hechos y presentar proyectos de ley concretos. Algo para lo que por el momento no hay fecha, dijo también hoy el máximo republicano del Congreso, el presidente de la Cámara Baja John Boehner.
Según declaró a periodistas, la "conversación" iniciada la semana pasada con la presentación de los "estándares" continuará, pero todavía queda mucho por aclarar sobre "si proceder", cómo hacerlo y cuándo, señaló.
El tiempo apremia, según reconocen todos los implicados, puesto que las elecciones parlamentarias de noviembre, donde se renovará toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, complican las negociaciones, ya que la migración es un incómodo tema de campaña para los más conservadores.
Conscientes de que no hay tiempo que perder, algunos legisladores demócratas están manteniendo discretas conversaciones informales, afirmó también hoy el diario Politico.
De acuerdo con el rotativo, en los pasados días, el senador demócrata Chuck Schumer, uno de los coautores de la iniciativa migratoria bipartidista que fue aprobada en el Senado, ha hablado con el congresista republicano y ex candidato a la vicepresidencia Paul Ryan. Schumer también ha hablado con el legislador republicano Trey Gowdy, que preside el Subcomité de Inmigración y Seguridad Fronteriza y es una "figura respetada de la derecha que tiene la atención de un amplio sector de conservadores", según Politico. (DPA)