Luego de la presentación del director general de Recursos Humanos de la SCT, Sergio Zertuche Zuani, coincidió en que la Constitución de 1917 fue un documento de vanguardia para su época en varios aspectos, y que ha registrado modificaciones, resultado de las necesidades de adecuación que requiere el país y demanda la población.
Al respecto, Gamas Torruco, profesor titular en la Facultad de Derecho de la UNAM, explicó que la Carta Magna de 1917 es consecuencia de un proceso histórico y toma como bases los lineamientos establecidos tanto en la Constitución de Cádiz como en la Constitución de 1857.
“Ahí se ubica el torrente ideológico que nos lleva a las bases del liberalismo”, puntualizó.
Los ideólogos de la Constitución de 1917 por primera vez hablan de derechos sociales y de la necesidad de reformar el régimen de la tierra; pero también se establece, en lo político, la no reelección y el régimen presidencial, valores, entre otros, dijo, que aún se mantienen vigentes.
De tal manera que, señaló el experto, las correcciones que se han realizado a la Constitución de 1917 se reflejan en la evolución que ha registrado el país, de un régimen autoritario en el porfirismo, a uno democrático en la actualidad. Este proceso se ha dado sin levantamientos, algo que es necesario destacar.
Otro de los aportes es la federalización del comercio para crear un mercado nacional en contra de lo regional, al eliminarse las “alcabalas”, un tributo que encarecía las mercancías. La educación laica que se establece en el Artículo 3º., que no se destacaba en la de 1857. O bien, el Juicio de Amparo que ha quedado en vigor hasta el día de hoy.
De esta manera, dijo José Gamas Torruco, la Constitución de 1917 refleja una protección al individuo; la idea de libre competencia; la propiedad nacional, la del subsuelo; establece una nueva función del Estado, y logra la justicia social, principios básicos que hoy se mantienen en nuestro país.
