El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, explicaron en rueda de prensa que la demanda confirma la confianza y el interés provocada en el mundo financiero por el gobierno del presidente Mauricio Macri.
Prat-Gay precisó que el monto alcanzado es “increíble” tomando en cuenta que Argentina se encuentra en “default” (moratoria) y recién normalizará los pagos del su deuda a partir del viernes.
“Es pasar de la oscuridad a la posibilidad de volver a conectarnos con el mundo", dijo en un clima de euforia, pese a que algunos especialistas consideran que, en realidad, lo que representan las cifras es que nunca antes el país se endeudó tanto y tan rápido.
El ministro aseguró que durante la gira internacional que realizó en los últimos días trató de convencer a los inversionistas de que “estamos transitando un nuevo camino", lo que permitirá abrir nuevas líneas de crédito privado y estatal que desarrollarán el país.
“Para nosotros este es el punto de partida, no el de llegada, todos se entusiasman con nosotros, este es un tren que ya está arrancando", dijo.
El gobierno lanzó la víspera una emisión de bonos de deuda internacional por un monto de 15 mil millones de dólares, pero recibió ofertas que superaron los 60 mil millones de dólares, aunque Prat-Gay advirtió que no tomarán todo esa oferta de endeudamiento.
“Vamos a tomar alrededor del 22 por ciento de ofertas porque acá no hay desesperación”, afirmó.
Los bonos que representan el regreso de Argentina al financiamiento internacional tendrán plazos de tres, cinco, 10 y 30 años, con una tasa de interés promedio anual del 8.0 por ciento, aunque el gobierno confía en que se reduzcan.
Los bonos deben ser adquiridos en lo inmediato, ya que el gobierno tiene de plazo hasta el próximo viernes para pagarles 12 mil 500 millones de dólares en efectivo a los especuladores que ganaron juicios en Estados Unidos.
Los denominados fondos “buitre” representan al 7.0 por ciento de los bonistas que no aceptaron renegociar su deuda con quitas históricas, como sí lo hizo el 93 por ciento de los acreedores en dos procesos realizados en 2005 y 2007.
Un tribunal de Estados Unidos impidió que Argentina siguiera pagando su deuda con los acreedores que sí habían aceptado acuerdos, lo que colocó al país en un inédito e involuntario “default” (moratoria).
Además, el juez Thomas Griesa ordenó pagarles a los “buitres” al contado y con ganancias estratosféricas, lo que fue rechazado por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner pero aceptado por el actual presidente Mauricio Macri, quien obtuvo el aval del Congreso.
La decisión representa una derrota para Argentina, quien a partir del viernes dará por concluida su moratoria y volverá a los mercados financieros internacionales, pero a costa de haberse endeudado con una cifra récord.