El primer ministro del país, Recep Tayyip Erdogan, dijo el miércoles que aún hay unos 120 desaparecidos, por lo que continúan las labores de búsqueda en el accidente minero más grave en la historia de Turquía y el peor en el mundo en los últimos 40 años.
En la noche del miércoles hubo protestas en Ankara y Estambul contra el gobierno a causa de la tragedia, que fueron reprimidas por la policía con gas lacrimógeno y cañones de agua. Los sindicatos convocaron a una huelga para hoy.
El presidente del país, Abdullah Gül, visitará hoy Soma, ubicada unos 230 kilómetros al sur de Estambul, después de que Erdogan estiviese allí el miércoles.
Los manifestantes y sindicatos alegan que no se trató de un accidente, sino de un "asesinato" de los trabajadores y exigieron la renuncia del gobierno. Los medios turcos informaron que el partido gubernamental AKP había rechazado el mes pasado las exigencias de la oposición de revisar las regulaciones de seguridad en Soma. La empresa alegó que hacía sólo dos meses que se habían revisado los procedimientos.
Erdogan decretó tres días de luto. Según informaciones del gobierno hubo 80 heridos en la tragedia. Yildiz explicó hoy que 27 siguen en el hospital.
En el momento de la tragedia en la tarde del martes había 787 trabajadores en la mina, un número muy elevado porque era el cambio de turno.
La tragedia se produjo en Soma a causa de un fallo eléctrico, que causó una explosión y un incendio a 150 metros de profundidad, explicó Yildiz.
El accidente generó una ola de solidaridad internacional y varios países ofrecieron ayuda a Turquía, un país donde ha habido muchos problemas en minas a causa del incumplimiento de las normas de seguridad o el uso de equipo anticuado. El peor accidente minero en Turquía hasta ahora había ocurrido en 1992 y dejó 263 muertos. (DPA)