La jefa de Estado cumplió con la tradición de tomarse una foto oficial en el presidencial Palacio de La Moneda con su gabinete de ministros, tras lo cual realizó el recorrido hasta la Catedral en un automóvil descubierto.
Escoltada por una guardia militar montada, Bachelet pasó revista a representantes de las Fuerzas Armadas y Carabineros (policía militarizada), cuyas bandas interpretaron el himno nacional durante todo el recorrido por el centro de Santiago.
Ya en la Catedral, la mandataria fue recibida en el pórtico por el deán del templo, Juan de la Cruz Suárez, quien la acompañó hasta su asiento para así dar inicio a la ceremonia donde participaron varias religiones.
El arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, se refirió en su homilía a la recién promulgada Ley de Aborto por tres causales, la que generó una polémica entre los partidarios y detractores de la interrupción voluntaria del embarazo.
Dijo que se debe respetar “toda vida humana desde su concepción, en todo el arco de su desarrollo hasta la muerte natural”, tras lo cual puntualizó que “de ningún modo se puede plantear como un derecho sobre el propio cuerpo la toma de decisiones sobre esa vida”.
“Respetuosos de la legislación que el Estado se ha dado, nuestra opción por la vida se traduce en redoblar nuestro esfuerzo para seguir acompañando a las mujeres que viven situaciones límite en su embarazo, a las que deciden continuar con él y a las que piensan que el aborto es una solución”, apuntó.
Añadió que “la iglesia ofrece sus manos y extiende su abrazo de servicio a todas las personas que necesiten paz, amparo, apoyo y consuelo”.
Ezzati solicitó a los chilenos “colaborar como hermanos para construir una patria grande y acogedora, en la cual todos formemos una familia unida y solidaria”, tras lo cual pidió conceder un lugar “preponderante” a una “sana política” que permita derrotar la corrupción.
El cardenal también tuvo palabras para los migrantes y dijo que “Chile necesita volver a encantarse con la cultura de la acogida empática, del respeto mutuo y de la colaboración generosa que caracteriza su alma, para contrarrestar los nubarrones de una cultura relativista, egoísta y excluyente”.
Durante la ceremonia ecuménica también formularon oraciones representantes de las iglesias ortodoxa, luterana, anglicana, metodista, evangélica, judía y musulmana.
Tras la ceremonia religiosa, la jefa de Estado abordó nuevamente el automóvil descubierto para retornar al Palacio de La Moneda, donde fue recibida por un grupo folclórico que interpretó cuecas, el baile nacional chileno.
En forma posterior, Bachelet se tomó fotografías con sus colaboradores y luego asistió a un cóctel al interior de la sede de gobierno con motivo de las Fiestas Patrias.
Por la tarde, la mandataria puso fin a las actividades del día patrio chileno con su asistencia al Teatro Municipal de Santiago para asistir a la función de gala con motivo de la independencia, donde se presentará la ópera “La Cenicienta”, de Gioacchino Rossini.