El llamado “encamisamiento” del inicio del ducto de 624 metros, construido por la perforadora T-130 (“Plan B”), tiene una extensión de 90 metros y concluyó con éxito esta madrugada tras la unión de 15 tubos de seis metros cada uno.
El ducto metálico tiene por objetivo dar máxima seguridad al desplazamiento de la cápsula “Fénix”, la cual rescatará a los 32 mineros chilenos y uno boliviano que quedaron atrapados en el yacimiento San José el 5 de agosto pasado tras un derrumbe.
Uno de los peligros del pozo era el desprendimiento de rocas, razón por la cual se optó por revestir el inicio del ducto, el más frágil, porque hacia la profundidad existe material más sólido y compacto que no reviste peligro.
Concluido el “encamisamiento”, este lunes comenzó el desmontaje de la perforadora y sus máquinas anexas para dar paso a la habilitación de una plataforma donde será montada una grúa que tendrá por misión bajar y subir la cápsula de rescate “Fénix”.
A partir de esta noche quedarán habilitados los servicios de salud y rescate para la operación, por lo que la fase final para sacar a los trabajadores del yacimiento, distante 880 kilómetros al norte de Santiago, comenzaría este martes.
De acuerdo a la planificación, primero serán enviados a la profundidad de la mina dos rescatistas que ordenarán a los mineros y les darán instrucciones, tras lo cual comenzará el izamiento de los atrapados a la superficie.
Según el plan, los rescatados se encontrarán con tres familiares y serán atendidos en la misma mina por un equipo médico de emergencia, tras lo cual serán enviados al hospital de Copiapó, capital de la Región de Atacama distante 820 kilómetros al norte de Santiago.
Este lunes, tres helicópteros de la Fuerza Aérea de Chile que participarán en el rescate realizarán sus últimos vuelos de prueba sobre el yacimiento para determinar los procedimientos tras la salida de los mineros.