Disputas antes de conferencia de paz para Siria rebaja esperanzas

Todo aquel que tenga que ver con la oposición siria necesita nervios de acero o tener a mano un buen calmante. "Desde que yo trabajo para la Coalición Nacional Siria tomo a diario pastillas para el dolor de cabeza", se lamenta una consejera de la alianza opositora siria.

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Y no les va mucho mejor a los diplomáticos occidentales que intentan desde hace tiempo que una delegación representativa de opositores acuda a la mesa de negociación.

Tras semanas de idas y venidas, los opositores finalmente anunciaron el fin de semana que participarían en la conferencia de paz que arranca el miércoles en la localidad suiza de Montreux. Unas 30 horas más tarde dan marcha atrás porque Naciones Unidas ha invitado a Irán, aliado de Bashar Al Assad.

Los opositores, de nuevo frustrados, volvieron a recurrir a los estadounidenses, a los que piden que presionen a fin de que se retire la invitación a Irán. Congregados de nuevo en Estambul, en este cálido día de invierno en una de sus famosas reuniones infinitas, piden que Irán acepte públicamente la formación de un gobierno de transición, tal como lo prevé el acuerdo entre Estados Unidos y Rusia en el conflicto sirio.

Pero la cúpula iraní se encuentra en estos momento ocupada con la puesta en marcha del acuerdo nuclear. Además a los iraníes tal vez no les disgustaría que las negociaciones de paz fracasaran ahora, pues su protegido Al Assad considera absurda la idea de que las partes en conflicto se pongan de acuerdo en Ginebra sobre un nuevo gobierno con la participación de la oposición.

En tanto, al fuego de la discordia contribuyen además los partidos de la oposición que en las conversaciones de paz no estarán en la mesa negociadora, ya sea porque no fueron invitados o porque su participación ha sido condicionada por demandas que no han cumplido. Así, el Comité de Coordinación para el Cambio Democrático, uno de los pocos grupos opositores en Damasco y que el régimen tolera, pidió hoy de nuevo que se aplacen las negociaciones dos semanas.

También en la Coalición Nacional Siria, que se encuentra en Estambul con las maletas ya hechas, volvió a estallar la disputa. Su presidente Ahmed al Yarba quería que le acompañase a las negociaciones la conocida politóloga Basma Kadhmani, pero Burhan Ghaliun, que vive también en París al igual de Kadhami, lo ha "vetado". Al parecer, la oposición viaja a Suecia con 15 delegados, entre ellos dos mujeres, dos opositores kurdos, dos representantes de los insurgentes y un miembro del ala moderada de los Hermanos Musulamanes.

Y mientras toda la oposición sigue enfrentándose, el presidente no tiene más que sentarse a esperar cómodamente. Tacha a sus adversarios de terroristas islamistas, se burla de los esfuerzos de paz y reflexiona en voz alta sobre su candidatura para las próximas elecciones presidenciales. Nada ha cambiado en su estrategia inicial de 2011 de acabar con la revolución con mano dura y armas rusas.

Con este punto de partida, las perspectivas de éxito la conferencia de paz en Ginebra son más bien escasas. Es por ello que en el encuentro de los ministros del Exterior de la Unión Europea en Bruselas se repetían los adjetivos como: "Nada optimista", "pesimista", "difícil".