Un juez decidió conceder una fianza de 200,000 rupias (unos 1,600 euros) al imán Khalid Jadoo, después de que los testigos que habían declarado en su contra hayan rectificado al afirmar que el testimonio lo habían dado bajo coacción, según el diario "Express Tribune".
Jadoon había sido acusado de introducir hojas del Corán en la bolsa con cenizas que portaba la niña con síndrome de Down Rimsha Masih, quien fue liberada el pasado mes de septiembre al no encontrarse pruebas incriminatorias contra ella.
En otro caso de blasfemia, un adolescente cristiano de la ciudad meridional de Karachi, Ryan Stanten, fue denunciado a la policía por enviar mensajes de móvil "blasfemos" a sus vecinos durante la noche del martes, de acuerdo con el diario "Dawn".
Al día siguiente, una turba se presentó ante la casa del joven de 16 años, en un barrio de clase alta de la ciudad, y aunque él y su familia habían huido, penetraron en la vivienda, extrajeron parte del mobiliario y lo quemaron en la calle.
La legislación antiblasfemia de Pakistán fue establecida en el período de dominación británica para prevenir choques religiosos, pero en los años 80 una serie de reformas impulsadas por el dictador Mohamed Zia ul Haq (1977-1988) dio alas a los extremistas para abusar de la ley.
Desde entonces, se ha producido un millar de acusaciones por blasfemia, casi siempre a instancias de imanes locales que intentan amedrentar a las minorías religiosas, en especial a los cristianos y a los ahmadíes, rama del islam considerada herética en Pakistán.
