Con determinación y sin disimulos, el republicano apunta al talón de Aquiles de la potencial candidata demócrata a las presidenciales de 2016: su edad y estado de salud. Los primeros comentarios en la televisión MSNBC hablaban de "dirty politics" (política sucia). Y Bill Clinton está convencido: "Esto es sólo el principio".
La ex secretaria de Estado tiene actualmente 66 años y para los próximos comicios habrá cumplido 69, los mismos que tenía Ronald Reagan cuando llegó a la Casa Blanca. Según las encuestas, ella es de lejos la candidata demócrata con más posibilidades, y actualmente no hay nadie que le haga sombra.
"¿Puede alguien detener a Hillary?", se preguntaba recientemente "Time Magazine". No obstante, los conocedores en lides de campaña están de acuerdo en que la edad y la salud siempre son un factor de peso en las elecciones estadounidenses. Y en este caso, un peligro para la ex primera dama.
Además, Clinton pronto será abuela. ¿La "abuela Hillary" en la Casa Blanca? Los medios ya han descubierto el tema: Clinton tendría 77 años al término de dos hipotéticos mandatos, y eso despierta en muchos estadounidenses incómodos recuerdos sobre Reagan, que durante su gobierno irritó a muchos al reconocer que por las tardes le gustaba echarse una siestecita.
Las filas demócratas reaccionaron indignadas ante el golpe bajo del estratega Rove. Bill Clinton declaró que se quedó "atónito" cuando escuchó el comentario sobre su mujer. "Hace deporte todas las semanas, es fuerte y está estupendamente. Por lo que puedo decir, está en mejor forma que yo", afirmó el ex presidente, de 67 años.
La batalla dialéctica entre republicanos y demócratas es, según "The Washington Post", una señal clara de que los preparativos de Hillary Clinton para emprender otra candidatura a la presidencia han entrado en una nueva fase. En junio, la política planea presentar su nuevo libro, lo que se considera una prueba para su candidatura a la Casa Blanca.
Las insinuaciones sobre el estado de salud de la ex secretaria de Estado se remontan a finales de 2012, cuando Clinton sufrió un coágulo de sangre en la cabeza. La jefa de la diplomacia estadounidense tuvo que pasar un par de días ingresada, lo que provocó el aplazamiento de una molesta vista por la muerte de cuatro diplomáticos norteamericanos en un atentado terrorista en Bengasi. Entre las filas republicanas incluso se dudó de la enfermedad.
Lo curioso de toda la situación es que Clinton no ha manifestado ni una sola vez públicamente que vaya a presentar su candidatura. Vacila porque sabe que sale demasiado pronto al ring, podría acabar quemada. "No tengo prisa", dijo hace meses. Y desde entonces, sobre el tema reina el más absoluto silencio.
Sin embargo, hace tiempo que la maquinaria electoral se puso en marcha. "Ready for Hillary" (preparados para Hillary) es el lema de su gabinete de apoyo profesional. Y Priorities USA Action, una de las más poderosas organizaciones para la recaudación de donaciones, ya se ha puesto del lado de la aún no candidata.
Así, el portal Politico.com habla de campaña en la sombra. Y es que el libro que Clinton presentará en junio tiene un título de lo más revelador: "Hard Choices", decisiones difíciles. (DPA)