FAO informa reducción de acceso a alimentos en América Latina

"A pesar de que la agricultura orgánica contribuye a la reducción del hambre y la pobreza, no puede por si sola alimentar a una población que crece rápidamente", afirmó el director general de la FAO, Jacques Diouf.

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Una mujer cocina junto a sus hijos en un mercado.

El acceso a la comida es el “Talón de Aquiles” de la seguridad alimentaria en América Latina y el Caribe, afirmó la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en su informe sobre seguridad alimentaria.

“Es inadmisible que en una región productora de alimentos haya gente que sufra hambre”, subrayó el representante regional de la FAO, José Graziano da Silva.

Indicó que en los últimos tres años, la región ha enfrentado una crisis alimentaria que ha hecho desvanecer los avances logrados durante más de una década en la lucha contra ese flagelo.

“Estamos retrocediendo a los niveles de los años noventa, cuando teníamos 53 millones de personas hambrientas en la región”, dijo.

Además de una creciente escasez de recursos naturales como tierra, agua y biodiversidad, "la agricultura mundial tendrá que hacer frente a las consecuencias del cambio climático, en especial el aumento de las temperaturas, una mayor variabilidad del régimen de lluvias y fenómenos climáticos extremos cada vez más frecuentes, entre ellos inundaciones y sequías", alertó Diouf.

También es importante reducir la brecha tecnológica que existe entre los países a través de la transferencia de conocimientos, utilizando la cooperación Norte-Sur, Sur-Sur y la cooperación triangular para lograr incrementos sostenibles en la producción y la productividad agrícolas.

El aumento de inversiones, incluyendo las procedentes de los presupuestos nacionales, inversión extranjera directa y recursos del sector privado, deberá destinarse a mejorar el acceso a insumos modernos: más sistemas de irrigación, maquinaria, almacenes, más carreteras y mejores infraestructuras rurales, así como campesinos mejor formados y cualificados.

Graziano da Silva agregó que actualmente el número de hambrientos en el mundo supera los mil millones, la cifra más alta de los últimos 40 años.