Fracasa Macri en promesa de reactivar economía en Argentina

El presidente de Argentina, Mauricio Macri, fracasó en su promesa de reactivar la economía del país y, a punto de cumplir su primer año en el gobierno, todos los indicadores son negativos y las expectativas desfavorables.

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El presidente de Argentina, Mauricio Macri.

Durante la campaña del año pasado y sus primeros meses de gobierno, Macri aseguró que vendría “una lluvia de inversiones”, que sería muy fácil bajar la inflación y que la recuperación económica comenzaría a verse en el segundo semestre de 2016.

Pero se cumplieron los plazos y lo que hay es una recesión del 2.4 por ciento durante los primeros nueve meses del año y la promesa de crecer al 3.0 por ciento en 2017, aunque el Fondo Monetario Internacional (FMI) reduce las previsiones de recuperación a un 2.8 por ciento.

El gobierno se mostró confiado en que la economía mostraría “brotes verdes” al término de 2016, pero la metáfora no se hizo realidad y lo que hay es una inflación sostenidamente alta que supera el 40 por ciento anual y un endeudamiento récord de 50 mil millones de dólares.

El presidente del estatal Banco Central, Federico Sturzenegger, ya reconoció que no se alcanzaron los umbrales de recuperación que el gobierno esperaba.

Por ejemplo, los datos oficiales del Estimador Mensual de Actividad Económica de septiembre reportaron una caída del 3.7 por ciento comparada con el mismo mes del mes anterior, pero a lo largo de 2016 ya acumula una reducción del 2.4 por ciento.

En términos concretos, este indicador demuestra un estancamiento de la economía y no hay planes concretos para revertir el escenario, sobre todo porque no llegan las multimillonarias inversiones nacionales e internacionales que esperaba el mandatario.

Un estudio del Centro de Estudios Económicos de la Unión Industrial Argentina (UIA) ofrece un panorama más sombrío al calcular que la producción industrial acumula una caída del 5.1 por ciento, es decir, mayor a la que estiman los organismos oficiales.

En el detalle, los sectores más afectados son el de metales básicos, con una reducción del 22.8 por ciento por la menor producción de acero; del 19.6 por ciento en el mercado automotriz y del 13.5 por ciento en la construcción.

La recesión ha repercutido en el consumo, lo que explica que el sector de alimentos, bebidas y tabaco acumule una caída del 7.8 por ciento, mientras que el de gaseosas (refrescos) aumenta hasta un 11.9 por ciento.

La deuda tampoco es una buena noticia, pese a que el gobierno macrista celebró el regreso a los mercados internacionales después del largo litigio que el país mantuvo con los fondos “buitre” (especuladores) con lo que el pasado gobierno kirchnerista no alcanzó un acuerdo.

Este año, Macri logró nuevos préstamos internacionales, pero algunos especialistas ya comenzaron a alertar sobre los resultados porque los 50 mil millones de dólares de endeudamiento, con una cifra récord para un país en desarrollo, ya representan el 25 por ciento del PIB.

El déficit fiscal es otro indicador negativo, ya que el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, había asegurado que el próximo año sería del 3.3 por ciento del PIB, pero ahora ya reconoció que será del 4.2 por ciento.

 

Fuente: Notimex