"Queremos hacer las cosas rápido pero hacerlas bien", agregó el delegado presidencial para la reconstrucción, Andrés Silva.
El funcionario, quien dijo entender la premura de los 12,500 damnificados, pidió paciencia "para hacer las cosas bien". "Esto llevará un tiempo", insistió.
"Es lógico que quieran reconstruir cuanto antes, pero tenemos que velar por que sea seguro, que los escombros estén afuera de su propiedad y que no existan elementos combustibles", añadió.
Bachelet, que prometió "recursos ilimitados" en ayuda, anunció diversos bonos por unos 2,500 dólares para cada familia afectada, para compra de enseres y ropa.
La mandataria, que asumió el poder el 11 de marzo, dijo que además evalúa otorgar apoyos por unos 20,000 dólares a los pequeños comerciantes que perdieron todo en el incendio.
Las llamas, que comenzaron en las afueras de Valparaíso, avanzaron velozmente sobre una decena de cerros del puerto y dejaron 15 muertos y barrios enteros carbonizados.
La lucha contra las llamas fue enfrentada con una veintena de aviones, además de miles de bomberos, policías y militares, provenientes de distintas regiones del país.
La tragedia ocurrió, además, sólo días después que dos terremotos azotaran la zona norte de Chile, en la frontera con el Perú.