Inversores de Stanford acuden al senado mexicano para pedir sus ahorros

Un grupo de inversionistas mexicanos, clientes de Stanford Fondos, acudieron hoy al Senado mexicano para denunciar que aún no han podido recuperar el dinero que depositaron en las cuentas en la filial en México de la firma estadounidense.

La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV, el regulador del sector) de México indicó ayer que Stanford continúa operando y sus clientes han podido "liquidar posiciones y retirar su dinero según sus necesidades", por un valor aproximado de 275.5 millones de pesos (unos 20 millones de dólares).

Sin embargo, un grupo de inversionistas dijo ante legisladores que un centenar de personas aún no han sido atendidas.

A los senadores "les expresé mi consternación por la falta de apoyo de nuestro gobierno; tal pareciera que nos quisieran afectar", dijo Karina Klickwort, que dirige una pequeña empresa.

El senador Eduardo Calzada explicó después de esta reunión con los afectados, que los legisladores buscarán reunirse con altos funcionarios de la CNVB y usuarios para "identificar los caminos jurídicos para reclamar las inversiones".

El legislador dijo que en el caso de los mexicanos afectados, las autoridades financieras del país no han realizado acciones satisfactorias y de apoyo a los inversionistas.

"No nos dejan satisfechas las respuestas que hemos tenido de la autoridad, pues han sido respuestas muy cortas y no ha habido reunión con los afectados", insistió

Según dijo ayer la CNBV, al 30 de enero pasado Stanford Fondos administraba "recursos de la clientela" por un total de 706.8 millones de pesos (unos 48 millones de dólares) y a partir del martes 17 de febrero la clientela ha ido retirando sus inversiones.

La CNBV asegura que ha mantenido "una estrecha vigilancia de la operación de la entidad (Stanford) para asegurar que el retiro de las inversiones se realice de acuerdo con las instrucciones giradas por los clientes".

Reconoció que podría haber más afectados, pero en casos de personas relacionadas directamente con Stanford Financial Group, con sede en Houston (Texas, EU) y con Stanford International Bank, con base en Antigua, cuyas operaciones "no están reguladas ni supervisadas por la CNBV".

Stanford fue demandada por la Securities and Exchange Commission (SEC) en Estados Unidos por un entramado de inversión fraudulento valorado en 8 mil millones de dólares.

Ello derivó de el cierre de operaciones de algunas filiales que mantiene Stanford en América Latina, entre las que se incluye a México.