Investigan en Italia escándalo de corrupción y prostitución

Funcionarios públicos italianos, arrestados por corrupción en los trabajos de la cumbre del Grupo de los Ocho de 2009, se beneficiaban de los favores de casi 350 prostitutas de "alto bordo", pagadas por empresarios que buscaban obtener licitaciones.

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Cada encuentro con una prostituta costaba entre 500 y 700 euros (entre 750 y casi mil dólares), cubiertos por los empresarios amigos de los funcionarios detenidos, informaron hoy medios locales.

El diario La Repubblica destacó, sin embargo, que de las "escorts" (prostitutas de lujo) no se beneficiaba uno de los principales imputados, el ex presidente del Consejo de Trabajos Públicos, Angelo Balducci que, en cambio, prefería encuentros con hombres.

Según las acusaciones, Balducci recurría con frecuencia a un intermediario nigeriano, Chinedu Thomas Ehiem, miembro de la capilla Giulia de San Pedro y ya despedido por la Santa Sede, quien le preparaba sus encuentros con hombres.

La prensa informó que las interceptaciones telefónicas también revelaron que cientos de prostitutas eran enviadas a toda Italia para satisfacer a los funcionarios encargados de la adjudicación de trabajos públicos a empresarios cercanos.

Balducci es acusado de encabezar una red de intereses privados con otros funcionarios y con el empresario Diego Anemone (también encarcelado) para obtener beneficios en los trabajos para la cumbre del G-8 en la isla de La Magdalena (la cumbre fue trasladada a la ciudad de LAquila)

De acuerdo con los medios, los trabajos pra la cumbre costaron más de 500 millones de euros (unos 750 millones de dólares).