El gobernador de la provincia de Nínive, Athil Al Nuyaifi, anunció la retirada de las tropas del gobierno en declaraciones a la agencia de noticias Al Arabiya y dijo haber escapado poco antes de que los milicianos asaltaran la sede de gobierno en la noche del lunes.
Según el portal de noticias "Sumaria News", los combatientes de ISIS asaltaron también una prisión y liberaron a más de 1,400 prisioneros. Además tomaron el control del aeropuerto, varios edificios del gobierno y dos televisiones.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ya han huido de la ciudad unas 500,000 personas, muchas de ellas a pie, ante la prohibición de circulación de automóviles en la ciudad. Muchos huyeron a las provincias kurdas de Erbil y Dohuk.
Según la agencia de noticias turca Dogan, los islamistas secuestraron a 28 conductores de camiones turcos.
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, pidió hoy al Parlamento que declare el estado de emergencia en la ciudad y llamó en la televisión estatal a los iraquíes a ofrecer resistencia a los "terroristas".
Los analistas creen que más de 3,000 combatientes del ISIS -uno de los grupos sunitas más radicales que lucha por establecer un estado islámico en la región árabe- operan en la región de Mosul. A comienzos de año la milicia tomó el control de Faluya y parte de la provincia occidental de Al Anbar. De esa provincia ya huyeron, según datos de la ONU, más de 400,000 personas.
Mientras tanto, en un ataque suida durante un funeral en Bakuba murieron 33 personas y 54 resultaron heridas, informaron efectivos de seguridad. El atacante se mezcló con los asistentes e hizo detonar su cinturón de explosivos en un cementerio en la localidad situada a unos 60 kilómetros al norte de Bagdad.
Últimamente ha escalado la lucha de poder entre sunitas y chiitas en Irak. Los primeros, que en tiempos de Sadam Husein tenían oportunidades de progresar en el estado y en el Ejército, se sienten ahora discriminados por el gobierno chiita. El fin de semana una serie de atentados dejó más de 100 muertos en el país y el año pasado murieron casi 8,900 personas, según la ONU.
A la violencia étnica se suma una crisis política en Irak, donde aún no existe un gobierno legítimo: a finales de abril ganó las elecciones parlamentarias la coalición del primer ministro Al Maliki, que sin embargo depende de otros partidos para formar una coalición.
El conflicto en Siria supone además otro motivo de enfrentamiento: organizaciones como el ISIS ganaron influencia a raíz de la guerra civil en ese país y tienen un lugar de repliegue y acceso a armas en las provincias sirias del norte. Tras la conquista de Faluya a comienzos de año también consiguieron más armas de las tropas del gobierno. (DPA)