El ataque israelí fue llevado a cabo por tanques y aeronaves de combate y, según el Ejército, tuvo como objetivo "puestos militares e infraestructura subterránea de Hamás", que gobierna de facto en el enclave y a quién Israel responsabiliza de todas las hostilidades contra su territorio que emanen desde allí.
Este bombardeo de represalia, el segundo consecutivo y el decimotercero en 14 días, llegó luego de que los globos incendiarios lanzados ayer causaran, según medios locales, 36 incendios en las comunidades israelíes colindantes a la franja.
Tras un fin de semana marcado además por el lanzamiento de cohetes desde Gaza, en los últimos dos días no se han registrado disparos, ni intentos de disparos de proyectiles hacia Israel, que además de bombardeos de represalia ha respondido con el endurecimiento del bloqueo que rige en el enclave, incluyendo el cierre de la zona de pesca y fuertes restricciones a la entrada de productos.
Este repunte de la tensión, que comenzó a principios de mes con el lanzamiento de globos desde Gaza y que Hamás habría permitido como medida de presión para que Israel alivie las condiciones del bloqueo, no ha causado aún heridos graves ni víctimas fatales, pero sí ha ocasionado daños en las infraestructuras, incluyendo residencias familiares de ambos lados de la frontera.
El bombardeo de esta madrugada coincide, por otra parte, con un confinamiento total en la franja impuesto anoche por Hamás tras la detección de los primeros contagios locales de coronavirus, que han puesto a Gaza en alerta ya que su precario sistema sanitario y el hacinamiento en que viven sus habitantes la convierten en un foco particularmente vulnerable en caso de un brote masivo de la enfermedad.