La huelga de taxistas en Grecia mantiene en jaque al turismo

Los taxistas griegos, en huelga por tercera semana consecutiva, han intensificado hoy sus protestas ante la decisión del Gobierno de liberalizar el sector, con cortes de carreteras que están afectando gravemente al sector turístico.

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Huelga en Grecia

Los taxistas mantuvieron un breve encuentro con el ministro de Transportes, Redes Yanni Ragousis, que no sirvió para desbloquear las posturas de ambas partes.

La liberalización de la profesión forma parte del paquete de medidas de ahorro aprobadas por Atenas para reducir el déficit y la deuda.

Los taxistas piden del Gobierno que mantenga los criterios demográficos a la hora de conceder licencias, mientras que el ministro advirtió de que se tomarán medidas para evitar desordenes sociales y las pérdidas económicas que está causando la huelga, informó el propio Ministerio en un comunicado.

De hecho, Ragousis ya ha solicitado que la Policía intervenga en los casos de perturbación del tráfico y bloqueos a sitios arqueológicos del país.

Por su parte, los taxistas siguieron con sus movilizaciones y bloquearon el puente de Rion-Antirion, que conecta el Peloponeso con Grecia central.

También han anunciado que cerrarán durante 48 horas los accesos al Ministerio de Trabajo, en cuyos alrededores se han desplegado fuerzas policiales.

También bloquearon hoy el aeropuerto de Heraklion, en Creta, donde varios vuelos tuvieron que ser cancelados.

También fueron bloqueados durante varias horas los puertos de El Pireos, Heraklion, Samos y Corfú, donde atracan grandes cruceros de turistas.

Aunque aún no se han dado datos oficiales, los agentes empresarios turísticos y hoteleros ha advertido de que las movilizaciones supondrán grandes pérdidas para un sector esencial de la maltrecha economía griega, y han anunciado medidas legales contra los huelguistas.

Algunos tour-operadores ya han anunciado que agencias de viajes extranjeras están pensando en desviar cruceros a otros puertos para evitar atracar el Grecia.

La crisis política que viven varios países del norte de África había despertado las expectativas de que la temporada veraniega atrajera a más turistas a Grecia.