La ONU niega presiones de China tras publicación de informe sobre Xinjiang

La Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos negó hoy haber recibido presiones por parte de China tras la publicación este miércoles del informe sobre violaciones de derechos humanos en la región de Xinjiang, y expresó su voluntad en continuar trabajando con Pekín para que siga sus recomendaciones.

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Imagen de archivo de la ex alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.

Antes de su publicación hubo presiones tanto a favor como en contra de que el documento saliera a la luz, "pero no ha habido ninguna una vez publicado", aseguró en rueda de prensa la portavoz de la oficina Ravina Shamdasani, quien expresó su esperanza en que "continúe la cooperación" con China.

En este sentido, la portavoz aseguró que la oficina de la ONU "puede ayudar" a China a cumplir las recomendaciones incluidas en el informe, que incluyen peticiones a que se investiguen las posibles violaciones de derechos humanos denunciadas o velar por que las tecnologías de vigilancia en Xinjiang sean proporcionadas.

Shamdasani recordó también que el informe, publicado en los últimos minutos de mandato de la alta comisionada Michelle Bachelet, recomienda a China "liberar a todos los individuos privados arbitrariamente de libertad en Xinjiang" en prisiones, centros de detención o lo que Pekín denomina "centros vocacionales" pero grupos de derechos humanos consideran campos de reeducación.

"El informe también recomienda una completa revisión de marcos legales sobre seguridad nacional, lucha contra el terrorismo y derechos de las minorías en Xinjiang", así como que China ratifique convenciones internacionales en materia de derechos civiles, desapariciones forzadas, tortura o discriminación racial, subrayó.

"Estas ratificaciones serían importantes, y estamos aquí para asistir en ello" a las autoridades chinas, afirmó la portavoz.

El Gobierno chino, por boca de su portavoz de Asuntos Exteriores Wang Wenbin, afirmó este jueves que el informe de Naciones Unidas era un documento "lleno de falacias" e inventado por Estados Unidos y otros países occidentales con el fin de ser usado como "arma política".

Previamente, el embajador chino ante la ONU en Nueva York, Zhang Jun, advirtió de que el informe podría minar las relaciones entre Naciones Unidas y Pekín.

El informe concluye que China pudo cometer crímenes contra la humanidad hacia los uigures y otras minorías étnicas musulmanas en Xinjiang, al aplicar políticas que han implicado detenciones arbitrarias masivas y otros graves abusos en su contra.