La ONU retrasa negociaciones de un nuevo tratado sobre el comercio de armamento

Egipto pidió que Palestina, que es un observador permanente ante la Asamblea General, se sentara en esas negociaciones, lo que causó que el Vaticano, un Estado no miembro y también observador permanente, reclamara el mismo estatus.

Los países de la ONU se vieron hoy obligados a retrasar hasta mañana el inicio de las conversaciones del nuevo Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA), después de que la cuestión palestina y su petición de participar como Estado en las negociaciones bloqueara durante varias horas su arranque.

Los 193 países de la ONU tuvieron que retrasar hasta las 14:00 GMT del martes las conversaciones sobre el TCA, con el que se busca regular el comercio mundial de armamento, mientras las ONG les piden que se regule también la venta de partes y componentes de armamento, un negocio que movió casi 10,000 millones de dólares entre 2008 y 2011.

Egipto pidió al principio de la jornada que Palestina, que es una entidad con estatus de observador permanente ante la Asamblea General, se sentara en esas negociaciones, lo que causó que el Vaticano, un Estado no miembro y también observador permanente, reclamara el mismo estatus.

Tras varias horas de negociaciones y pese a la intervención del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se decidió posponer la sesión hasta el martes, cuando se seguirá analizando el asunto.

"Es una cuestión de procedimiento. Se debe decidir si Palestina se sienta como un Estado más, a lo que sus representantes creen que tiene derecho, o no", señalaron fuentes diplomáticas.

El retraso de la apertura de estas negociaciones, que se prolongarán en principio hasta el 27 de julio y a las que asisten representantes de 190 gobiernos, causó la protesta de las ONG, que piden un mayor compromiso con los derechos humanos y que ese futuro tratado incluya el respeto de la legislación humanitaria.

"Reconocemos que el tema de reconocer el Estado de Palestina es importante, pero éste no es el foro adecuado. Estamos aquí para iniciar unas negociaciones importantes, así que valdría la pena empezar a trabajar", dijo a Efe el portavoz de Oxfam Internacional, Louis Belanger, tras conocer el aplazamiento.

Las negociaciones del TCA son "una prueba de fuego con la que demostrar que los líderes políticos se enfrentan a la realidad y acuerdan unas reglas que permitan poner fin a las trasferencias irresponsables de armas, que fomentan la comisión de graves abusos contra los derechos humanos", dijo hoy el director de la campaña Armas Bajo Control y Derechos Humanos de Amnistía Internacional, Brian Wood.

La Coalición para el Control de las Armas, que engloba a ONG como Oxfam y AI, lidera una campaña para conseguir esos objetivos y así tienen previsto entregar mañana a Ban medio millón de cartas pidiendo ese compromiso.

El TCA, según las ONG, debe exigir a los gobiernos que regulen estrictamente la venta y transferencia de todas las armas, municiones y equipo conexo utilizados en operaciones militares y de seguridad interna, desde vehículos blindados a misiles, aviones, armas pequeñas, granadas y municiones.

"Los líderes políticos tienen ahora la oportunidad histórica de colocar los derechos y las aspiraciones humanitarias por encima de sus propios intereses y aprovechar para negociar la regulación del comercio global de armas", señalaron esas ONG.

Agregaron que cada minuto muere una persona en el mundo como resultado de la violencia armada, mientras que miles son abusadas o heridas a diario.

Wood se refirió a que en casos como los de "Siria, Sudán o los Grandes Lagos en África, el mundo es de nuevo testigo del horrible coste que el comercio de armas tiene en vidas humanas".

Por su parte, Oxfam es crítica con la "pobre regulación" que permite el comercio de componentes que se usan para mantener o fabricar "armas mortíferas y equipamiento militar" porque permite a "usuarios irresponsables evitar embargos de armas y violar las leyes humanitarias internacionales y los derechos humanos".

La organización quiere que su regulación se incluya en el nuevo TCA, al tiempo de que advirtió de que las reticencias de varios países como India, Egipto y Vietnam para que esto ocurra, puede ampliar una laguna jurídica muy peligrosa.

Estados Unidos es el mayor exportador global de armas, con el 35 por ciento del volumen total, seguido por Rusia, Alemania, Reino Unido, China y Francia, seis países que suministran el 74 por ciento de las armas del mundo.

Las ONG piden también que el nuevo TCA tenga en cuenta la manera de operar de la industria de armamento globalizada en el mundo, ya que se fabrican piezas y componentes para todo, desde acorazados hasta ametralladoras, en distintos lugares del mundo y luego se arman en otro lugar.

"Muchos tanques, aviones y pistolas se venden por piezas, como librerías en una tienda de muebles, sin que se pregunte nada sobre cómo se van a usar", señaló la experta en control de armas de Oxfam, Anna MacDonald.

Entre 2005 y 2006, Zimbabue compró 12 de esos aviones, en los que había piezas del Reino Unido (asientos eyectables), Estados Unidos (panel de instrumentos de cabina) y Ucrania (motores), mientras que los planos de la aeronave se había basado en diseños mixtos chino-pakistaníes, y los modelos fueron construidos en China.