Las fuentes añadieron que Berlín y Brasilia tuvieron que hacer finalmente algunas concesiones pero que se mantiene el núcleo de la iniciativa, que surgió tras el escándalo por el espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense a ciudadanos de ambos países e incluso a la canciller Angela Merkel y la presidenta Dilma Rousseff.
El comité votará el martes de la semana próxima sobre el borrador, que después pasará a la Asamblea General. Allí su aprobación es muy probable, aunque se trata de una declaración que no es vinculante, a diferencia de las resoluciones del Consejo de Seguridad.
En el texto se insta a todos los países a analizar su legislación y sus prácticas sobre el espionaje en el exterior. También se condena la vigilancia de los ciudadanos por parte del propio gobierno.
"Los mismos derechos que tienen las personas offline tienen que ser protegidos también online, sobre todo el derecho a la privacidad", subraya.
También insta a la alta comisaria para los Derechos Humanos a abordar el tema de "la protección de la esfera privada en la comunicación digital" y hacer propuestas.