Los birmanos evitan la brutalidad de la junta con nuevas formas de protesta

Los disidentes birmanos buscan nuevas formas de protestas como las huelgas de silencio para eludir la brutal represión de la junta militar, mientras la Unión Europea y Estados Unidos continúan presionando con nuevas sanciones contra los generales golpistas.

Tras varios días en que se han producido "manifestaciones sin personas" en varios puntos del país, con decenas de carteles de protesta sostenidos con botellas de plástico y otros objetos y bloqueando arterias de algunas de las principales ciudades, el movimiento de desobediencia civil prepara para este miércoles una huelga de silencio.

Esta forma de protesta que evita jugarse la vida ante la brutalidad de la Policía y el Ejército consiste en que todo el mundo se quede en sus casas, los comercios permanezcan cerrados y casi ningún vehículo circulará por las carreteras, si se cumple el plan de los organizadores, según contó a Efe uno de ellos.

Ante los problemas de la conexión a internet, que a los cortes nocturnos del wifi han sumado el corte indefinido de la transmisión de datos móviles, muchos jóvenes recorren hoy las calles de las ciudades para transmitir el mensaje y lograr así un seguimiento masivo.

Durante la noche, cientos de personas participaron en vigilias iluminadas con velas en memoria de los últimos muertos por la brutal represión de las fuerzas de seguridad en Rangún, la ciudad más poblada.

Además de matar a disparos a manifestantes casi a diario, los uniformados también han cerrado medios de comunicación y detienen y persiguen a los periodistas que tratan de informar sobre las protestas.

Al menos 261 personas han muerto en la represión de los manifestantes y activistas contra el golpe y al menos 2.300 personas, incluidos políticos, estudiantes y monjes, se encuentran detenidas desde el levantamiento militar del 1 de febrero, según datos de la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) de Birmania (Myanmar).

SANCIONES INTERNACIONALES

El régimen militar recibió este lunes sanciones por parte de la Unión Europea (UE) a 11 personas relacionadas con el golpe de Estado, entre ellas al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Min Aung Hlaing, y al subcomandante en jefe, Soe Win.

Entre los sancionados se incluye también al presidente de la nueva comisión electoral designada por la junta militar que anuló los resultados de las elecciones de 2020 que ganó el partido de la líder de Liga Nacional para la Democracia (LND), Aung San Suu Kyi, detenida tras el golpe de Estado.

Por su parte, el Departamento del Tesoro de EEUU impuso también sanciones a dos miembros de la junta, incluido el jefe de Policía, y a dos unidades militares ligadas a la represión de las protestas contra el golpe.

CONFESIÓN CONTRA SUU KYI

La junta sigue tratando de justificar su toma del poder y el arresto de Suu Kyi, cuya imagen trató de manchar hoy la televisión estatal con la emisión de una confesión de un político que asegura que entregó sobornos a la líder depuesta.

En una emisión que ha sido calificada de bulo por muchos en las redes sociales, el antiguo jefe de la región de Rangún, Phyo Min Thein, afirma que entregó grandes cantidades de dinero y varios kilogramos de oro a Suu Kyi, quien se encuentra detenida desde el golpe de Estado ejecutado por los militares.

Se trata de las mismas supuestas acusaciones del exjefe de Rangún, la mayor ciudad del país, hechas públicas hace dos semanas por la junta militar, que entonces cifró el soborno en 600,000 dólares y 11 kilos de oro.

"Se lo di con mis propias manos diciendo que lo usara para sus necesidades personales y para tener apoyo y favor a mi trabajo y funciones en la región de Rangún", dice en el vídeo Phyo Min Thein, que también cita al partido y una fundación de Suu Kyi como posibles destinos de los sobornos.

Sin embargo, muchos internautas calificaron vídeo de bulo al observar que el político no mueve los labios y sospechar que no sea su voz la de la grabación.

El influyente analista Thant Myint-U afirmó en Twitter que ha escuchado la voz de Thein decenas de veces y la del vídeo "no suena para nada como su voz".

"Han estado contratando gente y forzando a los detenidos a aparecen en las noticias y en la tele para representar su narrativa", indicó a Efe un joven disidente que prefiere mantener el anonimato.

Desde que fue detenida, Suu Kyi, quien se encuentra incomunicada, ha sido acusada de varios supuestos delitos, incluida la importación ilegal de Walkie-Talkies, vulnerar las normas por la covid-19, poner en peligro la seguridad del país y aceptar sobornos.

Los uniformados justifican el golpe por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido de Suu Kyi y que fueron calificados de legítimos por los observadores internacionales.