“Tenemos que ganar esta guerra (contra el narcotráfico)”, planteó el presidente en un evento en el que participaron el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, diputados y senadores y gobernadores de diversos partidos.
Desde la campaña presidencial que protagonizó el año pasado, Macri prometió “pobreza cero”, “unir a los argentinos” y “derrotar al narcotráfico”, pese a que es una meta que no ha logrado ningún otro país.
Al celebrar la pluralidad del acuerdo, el presidente lamentó que “en los últimos años el narcotráfico avanzó mucho frente a la negación del problema por parte del Estado”.
También reconoció que “la droga ya no es problema de una región, de una ciudad, se ha extendido en todo el país, nos ha afectado en todas nuestras raíces, corrompe nuestras personas e instituciones, nos degrada”.
El acuerdo, que consta de 11 páginas y está dividido en seis capítulos, explica que “en Argentina sin narcotráfico, nos comprometemos no sólo a dar la pelea sino también a ganarla”.
En el primer apartado, establece compromisos para erradicar el “paco”, sustancia nociva derivada de la cocaína y que, por su precio barato, es la de mayor alcance entre la población más vulnerable.
Además, anticipa que se desplegará el modelo “Barrios seguros”, consistente “en ingresar a los barrios con mayor índice de violencia del país para impedir el dominio territorial de las bandas de narcotraficantes”.
Con una visión policial, se compromete una presencia “activa y dinámica” de las fuerzas federales y provinciales en todo el país para reforzar la lucha contra el narcotráfico, aumentar operativos y recuperar para el Estado bienes provenientes del tráfico de drogas ilegales.
Por otra parte, se crearán grupos especiales entre las fuerzas de seguridad, controlar por completo el espacio aéreo, terrestre y marítimo e integrar un Consejo Federal de Precursores Químicos para combatir el desvío de sustancias utilizadas para la elaboración de drogas sintéticas.
Entre los aspectos novedosos del acuerdo, el Estado se compromete a tomar decisiones con base en evidencias científicas, evitar los estereotipos que estigmatizan, promover campañas de prevención y evitar que el consumo sea percibido como una conducta natural.
También se compromete a no criminalizar el consumo y las adicciones, desarrollar políticas de reducción de la demanda con estricto respeto a los Derechos Humanos e incorporar a los actores sociales en la persecución contra el delito del narcotráfico y el abordaje integral de las adicciones.