Además de revisar la situación económica y política que atraviesa la Unión Europea (UE), la cumbre de Varsovia servirá para analizar la puesta en marcha de políticas de defensa europea.
Desde el Grupo de Visegrado (V4) se defiende la conveniencia de que la UE estreche los lazos de cooperación con la OTAN, a la vez que se considera necesario fomentar la industria de defensa comunitaria a través de la colaboración entre los Veintisiete.
La reunión también servirá para poner sobre la mesa las diferentes recetas para incentivar la recuperación económica en Europa, unas fórmulas en las que París y Berlín no siempre han estado de acuerdo.
Desde Polonia, país anfitrión de la cumbre que recientemente ratificó el Pacto Fiscal europeo, se aboga por la reducción del déficit y por la consolidación fiscal como medidas necesarias para sentar las bases de la nueva economía europea.
De hecho, desde el Gobierno de Polonia, que en las últimas semanas ha hablado abiertamente de la conveniencia de sumarse a la eurozona, se justifica el Pacto Fiscal como una fórmula para garantizar la seguridad financiera de la UE.
El desarrollo de la unión económica y monetaria, la mejora de la competitividad y la armonización del mercado interno europeo serán otras de las cuestiones que se discutirán en Varsovia.
El primer ministro polaco, el liberal Donald Tusk, ha calificado este encuentro de "reunión sin precedentes", ya que el Grupo de Visegrado mantendrá una cumbre con los países del llamado Triángulo de Weimar, del que son miembros Francia, Alemania y la propia Polonia.
El Grupo de Visegrado fue creado en 1991 a iniciativa del expresidente checo Vaclav Havel y ha servido para coordinar los procesos de adhesión de sus miembros a la UE y la OTAN.
El Triángulo de Weimar también nació en 1991 con el objetivo de reforzar la cooperación entre las tres naciones que lo integran.