Políticos en el diván tras el histórico triunfo socialista en Portugal

"Centralidad", "seguridad", "certidumbre". El giro al centro de António Costa y los -fallidos- augurios de empate técnico en Portugal alimentaron la aplastante mayoría socialista, que abre ahora crisis internas a izquierda y derecha.

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El líder del Partido Comunista de Portugal (PCP), Jerónimo de Sousa, el pasado sábado en Lisboa. EFE/EPA/ANTÓNIO COTRIM

Superada la sorpresa inicial por la mayoría absoluta de los socialistas, los derrotados avanzan sus primeros movimientos.

En el PSD aumenta el ruido de sables mientras su líder, Rui Rio, descarta dimitir, y el comunista Jerónimo de Sousa busca en la calle la fuerza que pierde en el Parlamento.

El PS se impone en todo el país con 117 diputados, resultado del "voto útil" arrancado a la izquierda y a indecisos de centro-derecha.

El PSD se desangra. Se queda con 71 y "regala" ocho a los liberales de Iniciativa Liberal -que saltan de 1 a 8- y al ultraderechista Chega, que trepa a doce.

¿Castigo a la izquierda por dar la espalda a los socialistas en el Presupuesto de 2022? ¿Voto por la estabilidad? ¿Chega sigue al PSD?.

Las teorías se multiplican y las explicaciones también.

EL VOTO ÚTIL QUE NO VIERON LAS ENCUESTAS

"El empate técnico que proyectaban las encuestas movilizó el voto socialista", reconocen a Efe fuentes del entorno de António Costa. "Estábamos optimistas", admiten.

Hubo "una decisión tardía del voto socialista", justifica el politólogo António Costa Pinto: "Una parte del voto de izquierda no se declaró en los sondeos y hubo una transferencia del voto de la izquierda radical -Bloque de Izquierda y comunistas- a los socialistas. Fue el voto útil".

Los indecisos "acabaron por identificarse con el orden, el statu quo, con lo que ya existe, y esa puede ser una explicación posible: el voto útil del último minuto", coincide Paula Espírito Santo, profesora de la Universidad de Lisboa

"En el fondo, los electores de izquierda tuvieron miedo", continúa la experta, a un escenario de incertidumbre.

Sumó también el rechazo mayoritario a la ultraderecha -señalan desde el PS-, y el pacto que el PSD mantiene en Azores con Chega es un lastre.

Un acuerdo que es "tal vez la peor decisión tomada nunca por un partido portugués", escribe el analista Miguel Esteves Cardoso en Público.

EL PSD, A LAS PUERTAS DE UNA NUEVA CRISIS

El de Rui Rio ha sido un liderazgo inestable desde su origen. En cuatro años ha superado dos primarias; la última, en vísperas de las legislativas del domingo, destapó un partido dividido.

"No veo cómo puedo ser útil al PSD", admitía Rio tras el zarpazo electoral. Hoy, sin embargo, "está dispuesto a quedarse", dicen en su entorno en vísperas de la reunión del partido convocada precisamente para reflexionar.

Los deseos de Rio chocan con la realidad. Aumentan las voces que piden un Congreso extraordinario y se multiplican los posibles nombres para el relevo.

"Es hora de hacer una oposición de derecha", reclaman desde algunos sectores del PSD.

El partido ha perdido a su aliado histórico, el democristiano CDS, que desaparece del Parlamento, y los liberales y la ultraderecha se posicionan. El PSD siente la presión de Chega.

LA CRISPACIÓN DE CHEGA

"Se acabó la oposición "fofinha" (suave), advierte el ultraderechista André Ventura que, con sus 12 escaños, aspira a ser el referente de la oposición, por encima del PSD. "Vamos detrás de Costa", dice.

Junto a este excomentarista deportivo se sentarán en la bancada de Chega ex-militantes del PSD, numerarios del Opus y hasta polémicos colaboradores en web de noticias falsas de ultraderecha.

"Chega ya no es una excepción", advierte a Efe Espírito Santo, que explica su crecimiento por el voto del descontento de derecha.

REFLEXIÓN EN LA IZQUIERDA

"En el Bloque, la dirección no se decide en las elecciones. Estoy dispuesta a terminar mi mandato". Catarina Martins intenta disipar las críticas tras el derrumbe del Bloque, que pasa de 19 escaños a 5.

La caída ya era evidente en 2019 y se acentuó en las municipales del pasado septiembre, pero Martins cierra la puerta al debate interno: El resultado, insiste, responde al voto útil.

La izquierda, apuntaba hoy Domingos Lopes en el diario Publico, no comprendió el impacto del rechazo al presupuesto socialista, "se comportaron como angelitos en el cielo socialista de Costa" y "pagaron el precio de navegar fuera de la realidad".

Los electores "acabaron por castigar a los partidos que no apoyaron los presupuestos", coincide Paula Espirito Santo.

LOS COMUNISTAS PIERDEN EN LAS URNAS, PERO TIENEN LA CALLE

También imparable es la caída del Partido Comunista, que supera su centenario con su más baja representación en democracia.

Desde el partido se aferran a la disciplina y evitan cuestionar el liderazgo de Jerónimo de Sousa, quien, a sus 74 años, suma una pesada lista de derrotas.

Los resultados, repitió hoy De Suosa como un mantra, responden a la "bipolarización y a la dramatización del peligro de la derecha" que adelantaban las encuestas.

"El PCP estará para defender a los trabajadores", insistía. Su primera reacción al golpe en las urnas será una movilización en marzo, en el aniversario del partido.

"Si los socialistas se enfrentan al PCP, habrá más conflictividad social", auguran expertos locales.