Temer, que la semana pasada logró evitar ser imputado por asociación ilícita cuando el Congreso votó en contra de la denuncia de la Fiscalía general, salió por su propio pie del Hospital Sirio Libanés de Sao Paulo, después de someterse a un raspamiento de la próstata el fin de semana.
Al salir del centro hospitalario dijo que está “todo bien”, y la presidencia brasileña señaló que, por indicación médica, permanecerá hasta el miércoles en Sao Paulo antes de volver a Brasilia.
Temer, de 77 años, fue hospitalizado el miércoles tras “sentirse mal” cuando estaba en Palacio del Planalto, la sede del Ejecutivo brasileño.
La noticia, que se produjo mientras los diputados votaban si aceptaban o archivaban la denuncia contra él, provocó una cierta alarma en Brasil, pues el mandatario admitió hace unas semanas que tiene una obstrucción parcial de la arteria coronaria, aunque después quedó esclarecido que no fue por cuestiones coronarias, sino urológicas.