Republicanos apoyan legalización indocumentados pero no ciudadanía

Los republicanos que dominan la Cámara Baja del Congreso estadounidense en la que reside la clave para el éxito o fracaso de una reforma migratoria anunciaron hoy que apoyarán una vía a la legalización condicionada de los indocumentados que hay en el país, aunque rechazan la ciudadanía exigida por la Casa Blanca.

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En los "estándares para una reforma migratoria" que debatieron hoy a puertas cerradas en su retiro en Cambridge, en el estado de Maryland, los congresistas republicanos aceptan una vía para que los indocumentados, que se calculan en más de 11 millones, sean capaces de "vivir legalmente y sin miedo" en Estados Unidos.

Eso sí, para dar cualquier paso en este sentido, antes se deberán cumplir varias condiciones, según adelantaron medios estadounidenses que tuvieron acceso a una copia del texto.

Así, antes de permitir cualquier paso a la legalización, se deberán cumplir ciertos estándares en "seguridad fronteriza" y también en implementación de las leyes domésticas en esta materia.

Además, aquellos que aspiren a legalizar su situación, deberán "admitir su culpabilidad, superar rigurosas revisiones de antecedentes, pagar significativas multas e impuestos atrasados, hablar bien inglés y conocer la historia del país y ser capaces de mantenerse a ellos y sus familias sin acceso a beneficios públicos", de acuerdo con el documento filtrado a la prensa.

El documento era ampliamente esperado, ya que la reforma migratoria depende de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, que hasta ahora ha frenado cualquier intento de aprobar en el pleno una reforma migratoria como la que ya sancionó el Senado el año pasado.

Tras meses de bloqueo, el presidente de la Cámara Baja y máximo republicano en el Congreso, John Boehner, había adelantado en las pasadas semanas su intención de avanzar en el debate migratorio, con el paso previo de la presentación de unos "stándares" o "principios", que es lo que hoy fue discutido en el retiro de los congresistas conservadores en las afueras de la capital estadounidense.

Aunque la propuesta no llega a la promesa de ciudadanía que vienen reclamando hasta ahora los demócratas del presidente Barack Obama, los "estándares" fueron bastante bien recibidos por los defensores de una reforma migratoria que ven en ellos al menos un paso para abrir por fin las negociaciones.