Las nuevas sanciones, aprobadas en una votación 98-2, son una de las respuestas más enérgicas del Congreso de Estados Unidos a la presunta intervención rusa en las elecciones presidenciales de 2016.
Las nuevas sanciones buscan imponer nuevas restricciones sobre el programa iraní de misiles balísticos y castigar a Teherán por "apoyar el terrorismo y la violación de los derechos humanos".
Las nuevas sanciones contra Rusia están dirigidas a "aquellos que realizan actividades cibernéticas maliciosas en nombre del gobierno ruso" y a los que "realizan negocios con los sectores de defensa e inteligencia de Rusia", según un boletín de prensa del Comité de Banca, Vivienda y Asuntos Urbanos del Senado.
Las nuevas sanciones contra Rusia e Irán se toman un día después de que el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, pidió a los legisladores otorgar "flexibilidad" a la Casa Blanca en el manejo de sus relaciones con Rusia.
El miércoles, durante una comparecencia en el Congreso, Tillerson exhortó al Congreso a "garantizar cualquier legislación que permita al presidente tener la flexibilidad para ajustar las sanciones a fin de cubrir las necesidades de una situación diplomática en constante evolución".
La iniciativa será remitida a la Cámara de Representantes para su aprobación antes de llegar al escritorio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
