"Nadie pondrá un dedo sobre sus armas de fuego. Eso no ocurrirá", afirmó el exmandatario ante varios miles de personas durante el foro presidencial de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) celebrado este viernes en Harrisburg (Pensilvania).
El discurso de Trump, que se prolongó durante más de una hora y supuso el octavo que ofrece junto a esta organización, vino a reafirmar su apuesta decidida por los derechos a comprar y portar armas en EE.UU., una de las prioridades de parte de los votantes republicanos.
"Lo único que se interpone entre ustedes y la negación de los derechos de la Segunda Enmienda soy yo", sintetizó.
Además, sirvió para evidenciar su apoyo en tiempos complejos para la NRA, cuyo director ejecutivo, Wayne LaPierre, dimitió el mes pasado antes de un juicio en Nueva York tras ser acusado de utilizar fondos de la organización para lujosos planes de ocio personales.
El fiscal general de Nueva York demandó a LaPierre y a tres codemandados en 2020, alegando gastos indebidos generalizados y enriquecimiento propio. La organización se declaró en bancarrota y trató de constituirse en Texas, pero un juez rechazó la medida.
"El apoyo inquebrantable del presidente Trump a la Segunda Enmienda y su historial de protección de los derechos de los propietarios de armas lo convierten en un orador ejemplar para este trascendental evento", introdujo el presidente de la NRA, Charles Cotton, para dar paso a la comparecencia de Trump.
El exjefe del Ejecutivo estadounidense aprovechó la ocasión también para criticar la "mala gestión" del presidente Biden en la crisis fronteriza del sur del país afirmando que ésta afectará "de forma desproporcionada a afroamericanos, hispanoamericanos, asiático-estadounidenses".
"Si el Senado quiere aprobar una verdadera ley de fronteras, debería establecer sanciones penales para los altos funcionarios de Biden que se nieguen a aplicar la ley vigente", añadió Trump para prometer que devolverá "la ley y el orden, la cordura y la justicia" a Estados Unidos.
Tras sus rotundas victorias por la nominación republicana en los estados de Iowa, Nuevo Hampshire, Nevada e Islas Vírgenes de EE.UU., el otrora presidente se prepara ya para el que podría ser su asalto definitivo en este sentido: las primarias de Carolina del Sur frente a la exgobernadora de dicho estado, Nikki Haley, el 24 de febrero.