Según dijo Von der Leyen en una rueda de prensa con la primera ministra islandesa, Katrína Jakobsdóttir, antes del inicio de la cumbre, durante el encuentro está prevista la firma de un acuerdo para crear un sistema de registro de los daños causados por Rusia en Ucrania.
Éste despeñará un importante papel a la hora de garantizar que haya justicia para las víctimas y para hacer posible la reconstrucción del país, indicó.
"La justicia es un prerrequisito para la paz", afirmó Von der Leyen, que agregó que otra de las cuestiones abordadas será la "fórmula de paz" propuesta por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que intervendrá en la cumbre por videoconferencia.
"Ucrania, como víctima, debe proporcionar el fundamento básico de la fórmula de paz. El presidente Zelenski está muy abierto a la discusión, pero es importante que ésta sea la base sobre la que trabajamos", subrayó la presidenta de la CE, quien recalcó que se debe seguir el principio de "Nada sobre Ucrania sin que participe Ucrania".
Recordó además que la Unión Europea (UE) ha apoyado a Kiev con 68.000 millones de euros en diversas prestaciones desde que comenzó el conflicto y reiteró que seguirá prestando ayuda "el tiempo que haga falta".
Von der Leyen además agradeció a Jakobsdóttir por la "exitosa" presidencia islandesa del CdE y afirmó esperar ansiosa una cumbre que llega en el momento en el que la invasión rusa "plantea cuestiones fundamentales sobre la democracia, el estado de derecho y los derechos humanos".
La primera ministra islandesa, por su parte, recordó que asistirá al encuentro el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal y manifestó la esperanza de que los debates que tendrán lugar hoy y mañana contribuyan a "llegar a una paz justa", ya que "no hay paz sin justicia".
Encabeza la delegación española a Reikiavik el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.
A la cuarta cumbre del CdE desde su fundación en 1949 asisten entre otros jefes de Estado y de Gobierno el presidente francés, Emmanuel Macron; el canciller alemán, Olaf Scholz; el primer ministro británico, Rishi Sunak, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.