Esas pruebas apuntan a que el presidente sirio, Bashar al Assad, lanzó entre el 11 y el 21 de abril bombas barril con cloro en tres ciudades en el norte del país, señaló HRW.
Entre otras cosas, testigos dijeron haber visto un helicóptero justo antes de una explosión y después escucharon un fuerte ruido. Solamente las tropas del gobierno disponen de helicópteros y aviones.
En los ataques a las ciudades de Kafr Seita, Al Tamana y Telmans, en las provincias de Hamas e Idlib, murieron al menos 11 personas, según fuentes médicas. Otras 500 sufrieron ataques de asfixia y alucinaciones propias del uso de gas venenoso.
Después de las informaciones sobre el empleo de gas en Kafr Seita, gobierno y oposición se acusaron mutuamente de haber empleado armas químicas.
Human Rights Watch pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que lleve ante la Corte Penal Internacional el probable uso de gas venenoso en Siria.
Por otra parte, una unidad especial de la policía francesa en Estrasburgo detuvo a seis personas acusadas de luchar en la guerra civil siria como yihadistas.
Según el Ministerio del Interior francés, habrían luchado en diciembre junto a los rebeldes. Medios regionales informaron que dos jóvenes de un barrio del sur murieron en los combates mientras otros regresaron hace unas cuatro semanas. El gobierno francés calcula que unos 285 de sus nacionales combaten en Siria con los rebeldes, de forma similar a lo que ocurre con otros países europeos. (DPA)