"Si puedes elegir cuándo usar ciertos aparatos, no los enciendas entre las 6 y las 8", dijo en una conferencia de prensa Bowen, quien señaló que el Gobierno ha pedido que, temporalmente, se apaguen los electrodomésticos que no sean esenciales.
La petición se produce después de que la guerra en Ucrania, el alza de los precios del combustible y el invierno austral hayan provocado la subida del coste de la electricidad en Australia, lo que ha causado problemas en el suministro debido a los intentos del Gobierno para bajar los precios.
Varias centrales eléctricas, muchas alimentadas con carbón y gas, pararon la actividad después de que las autoridades pusieran el domingo un tope a los precios, ya que alegan que no pueden cubrir los costes de producción.
Aunque Australia es el mayor exportador de carbón del mundo, los precios en el país se ven afectados por la inflación global.
El primer ministro, Anthony Albanese, señaló que la energía limpia es la más barata, pero que en Australia hay un problema para usar energías renovables porque la red del país no está adaptada al siglo XXI.
"Mientras tanto, las viejas centrales eléctricas de carbón son más susceptibles de sufrir apagones e interrupciones porque son viejas", afirmó Albanese en la misma rueda de prensa de Bowen en Camberra.
El primer ministro laborista señaló que mañana abordará los problemas de abastecimiento energético con los líderes de los estados australianos, en la primera reunión de este tipo que mantiene su Gobierno desde que el Partido Laborista ganó las elecciones el mes pasado.
Al tiempo que afronta esta crisis energética, el Gobierno también avanza en sus compromisos para reducir las emisiones de gases contaminantes para combatir la crisis climática.
Así, Australia presentó hoy ante la ONU unos objetivos para la reducción de las emisiones contaminantes del 43 por ciento para el año 2030 con respecto a los niveles de 2005, un objetivo más ambicioso que el 26-28 por ciento fijado por el anterior Ejecutivo.
Según datos oficiales, Australia produjo 507 millones de toneladas de carbón en 2019, de los que más del 80 por ciento exportó a otros países, y emitió ese año 16.71 toneladas de CO2 per cápita, superando a países como Estados Unidos, Japón, China y el Reino Unido.