Bruselas quiere incorporar la crisis climática a las políticas de defensa

El avance de la crisis climática puede acarrear desplazamientos, migraciones, pandemias, disturbios, inestabilidad e incluso conflictos armados, según el análisis de la Comisión Europea, que propone incorporar la dimensión medioambiental a las políticas de seguridad y defensa de la Unión Europea.

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El vicepresidente de la Comisión Europea responsable del Pacto Verde, Frans Timmermans (izda), y alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell. EFE/EPA/OLIVIER HOSLET

"Es una amenaza existencial. La degradación medioambiental afecta a la paz y la seguridad", dijo hoy en rueda de prensa el alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, quien señaló que "la seguridad se ha convertido en un concepto multidimensional".

El vicepresidente de la Comisión Europea responsable del Pacto Verde, Frans Timmermans, compareció junto a Borrell y recordó que Estados Unidos ya ha declarado la crisis climática como un "asunto de interés para la seguridad nacional" y llamó a la UE a "estar también en ese juego".

"Deberíamos prepararnos para un aumento de los efectos indirectos en la Unión Europea", señala la Comisión Europea, que apunta a que esas consecuencias podrían materializarse a través de una mayor demanda de ayuda, interrupción de las cadenas de suministro, migraciones, "crimen organizado, terrorismo y proliferación de armas".

Borrell y Timmermans presentaron un documento que establece cuatro prioridades para abordar esa problemática: fortalecer la planificación exterior teniendo en cuenta los aspectos climáticos, tenerlos en cuenta en las misiones operativas, reducir el impacto medioambiental de las acciones emprendidas y reforzar la cooperación internacional en organizaciones multilaterales como la OTAN.

Esa estrategia se despliega a través de treinta acciones concretas, como incluir asesores medioambientales en las operaciones de seguridad y defensa de la UE, capacitar a profesionales en los Estados miembros o desarrollar "análisis exhaustivos y estudios" en "áreas geográficas vulnerables como el Sahel o el Ártico".

El cambio climático y la degradación ambiental, que incluye desde la pérdida de biodiversidad hasta la polución, están "intrínsecamente conectados y se exacerban mutuamente", apunta el Ejecutivo comunitario, que señala que esos fenómenos "ya afectan a la seguridad de la producción alimentaria, reduciendo el rendimiento de cultivos importantes como el maíz, el arroz y el trigo".

Para 2050, se estima que "más de mil millones de personas tendrán acceso insuficiente a agua, que la degradación del suelo podría aumentar al 90 %, mientras que la demanda de alimentos podría aumentar en un 60 %", según los datos que maneja el Ejecutivo comunitario.

MIGRACIÓN

Uno de los ámbitos donde se proyecta más inestabilidad es en el de la migración, partiendo de que la ONU estima que, desde 2008, una media anual de 21,5 millones de personas han sido desplazadas forzosamente por fenómenos meteorológicos como inundaciones y olas de calor, cifras que "se espera que aumenten en las próximas décadas".

"El Sahel es un punto caliente en todos los sentidos del mundo y 50 millones de personas ahí dependen de la ganadería y la agricultura y son muy vulnerables al cambio climático", lo que se mezcla con la competencia por las tierras fértiles y la presión de los grupos armados, señaló Timmermans.

Los desastres naturales o el clima extremo también pueden causar daños en las infraestructuras críticas y las poblaciones vulnerables corren el riesgo de convertirse en carnaza para contrabandistas y otras formas de crimen organizado, del mismo modo que los grupos armados "pueden explotar, y de hecho lo hacen, una mayor vulnerabilidad al reclutar niños soldados y combatientes".

OCÉANOS, MATERIAS PRIMAS Y HUELLA DE CARBONO

Entre esos "impactos adversos", por ejemplo, Bruselas se fija en los mares y océanos y señala que los cambios en la composición y distribución de las poblaciones de peces pueden "desestabilizar los acuerdos de pesca y aumentar el riesgo de disputas internacionales", o el alto nivel del mar, que puede generar desplazamientos y migraciones.

Además, la transición energética que precisa de recursos y materias primas genera una "competencia estratégica creciente", señala la Comisión, que también propone que las fuerzas armadas de los Veintisiete reduzcan su huella de carbono y su dependencia en los combustibles fósiles "sin afectar su eficacia operativa".