La Eurocámara no logra pactar su posición para la futura reforma del mercado de CO2

La futura reforma del mercado europeo de emisiones de CO2, el llamado sistema ETS, generó este miércoles revuelo en el Parlamento Europeo, que no logró fijar una posición para negociar con el Consejo la legislación final sobre esa pieza clave de la política climática europea.

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Una capa de niebla tóxica envuelve los coches, atascados por el tráfico denso, en una imagen de archivo . EFE/ Radek Pietruszka

Ese sistema en el que se pone precio al dióxido de carbono emitido por unas 11,000 plantas industriales de consumo energético intensivo contempla una serie de permisos gratuitos de CO2 para que las industrias tengan tiempo para invertir en tecnologías limpias y mantener la competitividad.

El texto aprobado previamente en la comisión parlamentaria de Medio Ambiente, posición que suele respetar el pleno, preveía que esos permisos fueran reduciéndose progresivamente para desaparecer en 2030, pero una enmienda introducida por el Partido Popular Europeo, que salió adelante, elevaba esa fecha hasta 2034.

Los socialdemócratas y los Verdes decidieron entonces votar en contra y tumbaron el texto -que cayó con 265 votos a favor, 340 en contra y 34 abstenciones- y tendrá que volver a debatirse en la comisión parlamentaria de Medio Ambiente, para eventualmente someterse a una nueva votación en sesión plenaria.

La reforma del sistema ETS es uno de los ocho textos que se someten este miércoles a voto en la Eurocámara, todos ellos parte del enorme paquete legislativo "Fit for 55" para que la UE reduzca sus emisiones de CO2 en al menos un 55 % en 2030 respecto a 2050 como senda intermedia para alcanzar la neutralidad climática a mitad de siglo.

Al retrasar el proceso de aprobación de la postura de la Eurocámara sobre el sistema ETS, se pospusieron también las votaciones de otras propuestas íntimamente relacionadas con ese mercado de CO2 que opera desde 2005.

Se retrasó el voto del futuro Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera (CBAM) para proteger a ciertas industrias europeas de estándares medioambientales más bajos en terceros países y el Fondo Social del Clima, que preveía usar parte de los ingresos por CO2 para ayudar a los hogares vulnerables en la transición energética.

Entre otros puntos que faltan aún por votar se cuentan la futura extensión del mercado de emisiones de CO2 al transporte rodado y la climatización de edificios, el llamado ETS 2, que suscita dudas pues hay quienes entienden que encarecería la gasolina y la calefacción en un momento de carestía energética.