Nasser Kamel (UfM): La acción climática será la próxima revolución industrial

La mitigación del cambio climático -reducción de las emisiones de gases invernadero- y la adaptación a sus efectos supondrán “la próxima revolución industrial”, aseguró a EFE el secretario general de Unión por el Mediterráneo (UfM), Nasser Kamel.

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El secretario general de Unión por el Mediterráneo, Nasser Kamel, en una entrevista con EFE sobre los impactos climáticos en la región mediterránea y las oportunidades de una posible alianza entre países para favorecer adaptación al calentamiento global.

En una entrevista en el marco de la COP27, la cumbre del clima de la ONU que estos días tiene lugar en Sharm el Sheij, el ex embajador egipcio recalcó la oportunidad que tiene la región mediterránea -una de las más afectadas por la crisis climática, pues se calienta un 20 % más rápido que la media global- de cooperar para resistir las consecuencias.

Se trata de la segunda región que más rápido se calienta en el planeta, recordó, y ya está sufriendo -a través de sequías, incendios, subida del nivel del mar y otros fenómenos- sus “graves consecuencias”.

El diplomático, a cargo de esta organización que tiene su sede en Barcelona, aboga por una alianza entre países a ambos lados del Mediterráneo para llevar intereses comunes a las negociaciones climáticas en la COP27.

Los países mediterráneos están divididos en tres grupos diferentes de negociación en la cumbre, y mientras algunos de sus estados están entre los más ricos y más responsables del calentamiento global, otros se encuentran entre los menos industrializados, que demandan más financiación para llevar a cabo su transición ecológica.

“Sin medidas de adaptación y mitigación estaremos acercándonos a una situación muy difícil”, aseveró Kamel. “Más en nuestra región, que es un epicentro de la crisis, según los científicos”.

El diplomático se reconoció aliviado por el hecho de que haya entrado por primera vez en la agenda del foro la cuestión de ‘pérdidas y daños’, la reparación por impactos climáticos sufridos en naciones pobres que han de costear los países enriquecidos, que son los que más han contribuido a la crisis.

También valoró la “actitud proactiva” de Europa en la financiación climática internacional, pues tiene los “mejores resultados en términos de aportación de parte del Producto Interior Bruto (PIB) a los fondos de mitigación y adaptación fuera del continente”, además de los esfuerzos llevados a cabo a nivel interno, enmarcados en el Nuevo Pacto Verde, agregó Kamel.

Aunque no existe una alianza de los mediterráneos como tal, el secretario general de UfM alegó que existen “acuerdos, consensos, problemas y desafíos que abordar, pero estamos en la primera etapa”.

A su juicio, hace falta una coordinación para invertir en renovables e intercambiar aprendizajes entre el norte y el sur del Mediterráneo, de forma que se acelere la transición energética y se mejore la capacidad de cada país para resistir los efectos del cambio climático.

“Algunos estudios han revelado que la potencia de inversiones en renovables en el sur, sobre todo en el Sáhara -que tiene mucho sol y viento- podría proporcionar a Europa el 100 % de la energía si se invierte correctamente en esta región”, aseveró Kamel.

La realidad, lamentó el ex embajador de Egipto en Reino Unido y en Francia, es que no se ha llegado a un nivel de inversiones que conduzcan a ello, ni a la interconexión entre el norte y el sur para analizar y poner en marcha estos proyectos.

En términos de acción climática, “si Europa está intentando llegar a las cero emisiones para 2050, no veo que se pueda llegar sin contar con expandir sus inversiones en renovables al sur del Mediterráneo”.

En paralelo, la región afronta el acuciante problema de la sequía, pues “es una de las más pobres en recursos hídricos del mundo y, si no se adoptan las medidas necesarias, se pueden perder el 20 % de los ya extremadamente agotados recursos”, advirtió Kamel.

“Todo el mundo está preocupado por ello”, porque es una situación que afecta no sólo a los países del norte de África sino también a España, Francia o Italia, estados que, según el diplomático, pueden aprender de Egipto y su adaptación a la falta de agua.

“Estamos buscando semillas más resistentes a las extremas condiciones de clima y sequía para, con tecnología, aprovechar al máximo los recursos existentes”, señaló Kamel, porque “no hay elección”.