Por primera vez, se reproducen guacamayas rojas liberadas en Palenque, Chiapas

Dos huevos que anidan en un amplio bote de plástico colocado en lo alto de un árbol en plena selva es la primera muestra de que el proyecto de reintroducción de la guacamaya roja en Palenque, Chiapas, funciona.

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Este evento reproductivo es alentador, indica que la adaptación de esas aves a la vida silvestre sigue el curso deseado.

“Este primer evento reproductivo es alentador, indica que la adaptación de esas aves a la vida silvestre sigue el curso deseado, pues la meta del programa es establecer una población reproductiva en esa selva”, afirmó Alejandro Estrada, investigador del Instituto de Biología (IB) de la UNAM y titular del proyecto.

Con esta labor universitaria, las guacamayas rojas (Ara maco cyanoptera), extintas en 98 por ciento de su distribución en México, han regresado a su hábitat natural después de 70 años y comienzan a quedarse ahí.

En el trabajo conjunto de reintroducción, implementado en abril de 2013, el investigador del IB aporta la plataforma científica, el Parque Ecoarqueológico Xcaret de Quintana Roo dona las crías, que son entrenadas para introducirlas a la vida silvestre, y Aluxes Ecoparque Palenque, en Chiapas, facilita el área de selva en donde se han reintroducido. El proyecto cuenta con la autorización de la Dirección General de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Nidos artificiale

El pasado 22 de agosto se descubrieron los primeros huevos procreados por una pareja de guacamayas reintroducidas en Aluxes Ecoparque Palenque.

Las aves aceptaron utilizar los botes colocados previamente por los científicos para resguardar los huevos, en vez de las oquedades de los árboles que, de manera natural, usan como nidos. Buscan cavidades que cumplan con aspectos de seguridad para sus puestas y polluelos y, por lo general, eligen árboles robustos y altos, explicó Estrada.

“A las guacamayas liberadas se les ayuda a no batallar con el sitio idóneo, pues esos huecos no son comunes en la selva. Les colocamos nidos artificiales en estructuras tubulares de cierta profundidad y anchura que asemeja a las dimensiones de los nidos naturales. En esta etapa han iniciado la formación de parejas y hasta ahora todos los nidos han sido visitados por ellas”, detalló el especialista.

Parejas de por vida

Forman parejas reproductoras de por vida. Por lo general, la época de reproducción dura varios meses del año. Por ejemplo, en la selva Lacandona (cerca de la frontera de Chiapas con Guatemala) va de marzo a agosto.

Al anidar, ponen de uno a tres huevos, de los que generalmente sobrevive uno o dos. Su periodo de incubación es de cerca de 28 días. La hembra los incuba y el macho le lleva de comer. Una mezcla de frutos y semillas de diferentes plantas es el alimento que regurgita sobre el pico de su pareja. Esto sucede después de que ella lo estimula a hacerlo a través de un picoteo gentil, pero rápido, que hace sobre el pico de aquél.

Los polluelos nacen con los ojos cerrados y son alimentados por ambos padres, que se turnan para dotarlos también de calor, compañía y protección. Permanecen en el nido cerca de tres meses, hasta que su plumaje se ha desarrollado, entonces salen con sus progenitores para aprender sus primeros vuelos. En general, permanecen en su núcleo por un año o un poco más y después se independizan.

Seis liberaciones y 92 aves libre

Hasta ahora, el proyecto de reintroducción de guacamayas rojas en Chiapas ha sumado seis liberaciones realizadas entre abril de 2013 y junio de 2014. En ese periodo se han liberado 92 a la vida libre en Palenque y, hasta septiembre pasado, la tasa de supervivencia superaba el 90 por ciento.